[Monna innominata]. Obra de la poetisa inglesa Christina Georgina Rossetti (1830-1894), que lleva como subtítulo: «Soneto de sonetos». Se trata de catorce sonetos, con un breve prefacio en prosa, en el que se hace notar como, mientras han llegado a nosotros los nombres de Beatriz y de Laura, han quedado en el anónimo otras mujeres cantadas por otros poetas.
Christina Rossetti imagina que alguna de esas innominadas estuviera también a la altura del poeta enamorado de ella, y finge los sonetos que hubiera podido escribir, en el recuerdo de un amor infeliz, comenzado no se sabe cuándo, que luego se eleva lentamente en conjunción con el amor de Dios, y del que, transcurrida la juventud y la belleza, sólo queda el recuerdo en el corazón silencioso: «El silencio de un corazón que cantó sus canciones / mientras la belleza y la juventud era una mañana de estío, / silencio dél amor que ya no se puede cantar». Cada uno de los catorce sonetos va precedido de una cita de Dante y de una de Petrarca, en italiano. En una nota a la edición de las poesías de Christina, hecha por su hermano William Michael (1829-1919), éste refiere que, para los que conocieron íntimamente la vida de su hermana, es indudable que estos sonetos son el resultado de una intensa experiencia personal.
Pero no son sólo los símbolos de un momento de su vida; son también el símbolo de todo su arte, en el que Christina intentó, a través de la aceptación del dolor y del sufrimiento, alcanzar la sublimidad de Dante, elegido como modelo. Entre el entusiasmo de los prerrafaelistas que se agrupan en torno a la figura de su hermano, también su poesía refleja la luminosidad de aquellos poetas, pero sin perder su personalidad, serena en su dolor, derivada sobre todo de ciertas piezas líricas de algunos dramas de Shakespeare, especialmente de la que es puesta en boca de Ofelia (v.). El estudio de Dante, al que su familia rendía culto, es’ visible no sólo en esta obra, sino en toda su producción poética.
A. Castelli