Mitsou, Colette

[Mitsou ou Comment l’esprit vient aux filies]. Novela que Colette (Gabrielle-Sidonie Colette, 1873-1954) escribió en 1919. La historia es en sí misma intras­cendente: Mitsou, pequeña danzarina de un music-hall, descubre el amor en la persona de un apuesto lugarteniente. El lugartenien­te es conducido al alojamiento de Mitsou por Petite-Chose, «un intento de mujer a la que una incesante y astuta agudeza» dis­pensa de ser bella.

Al ver a Mitsou en un hábito más que ligero, el lugarteniente está tentado de creer que ella no es arisca. Pero su frialdad, su dignidad y su seriedad le desconciertan, incluso cuando aparece el Homme Bien, un quincuagenario que man­tiene a Mitsou, pero que la trata más como padre que como amante. Finalmente, el lugarteniente azul, teniendo que regresar al frente, pues hay guerra, arriesga una primera carta y se establece una corres­pondencia entre la pequeña danzarina, ais­lada en su propio medio, pues es más de­licada que sus compañeras, y el joven que cada día se ofrece a la muerte en el campo de batalla. Melancólica e ingenua, igno­rante todavía del amor, aun cuando conozca todos los gestos convenientes, Mitsou muestra una pureza de corazón que sor­prende al lugarteniente azul; de modo que pronto él pasa por alto las fórmulas un poco vulgares y las corrientes faltas de ortografía. Mitsou resplandece como una brillante estatua en el cielo de sus noches de guardia. Cada una de las cartas le hace olvidar un poco el tiempo que les separa hasta el permiso tan ansiosamente espera­do, hasta el fatal reencuentro. En él, Mitsou, si bien tierna y bellísima, no es menos inconsciente de todas sus torpezas. Un mal­estar surge entre ellos, y la misma noche que les permite transformarse en amantes, les desune en secreto. Mitsou no pertenece, ni por sus gustos, ni por su educación, ni por su género de vida, al mismo medio que el apuesto lugarteniente. Ambos sien­ten el dolor de haberlo descubierto. Pero nada impide creer que el tiempo ayudará a la metamorfosis y que el amor dará a Mitsou el espíritu que le falta.