[Apuntes del almohadón]. Obra de la literatura clásica japonesa, escrita en 157 capítulos por Sei Shōnagon, dama de la corte de Fujiwara Sadako (977-1000), esposa del emperador Ichijō (987-1011). Es una especie de miscelánea o diario íntimo, sin orden cronológico, no destinado a la publicación sino para uso personal de la autora, y pertenece a un género literario bastante difundido entre los japoneses, denominado «zui-hitsu» (literalmente: «siguiendo el pincel», esto es, «miscelánea»), que inicia el Makura-no-Sōshi y lleva a cabo a la perfección, quedando para siempre cómo la obra maestra de este género. La predilección por tal género proviene del hecho de que, con su carácter íntimo y desordenado, ofrece al espíritu del escritor un remanso de reposo espiritual, a salvo de toda tiranía y apremio de etiquetas y formulismos, que en el Japón, mucho más que entre nosotros, domina sus actos, pensamientos, lengua, pluma y cualquier otra manifestación.
El Makura-no-Sōshi es la obra de un espíritu original, de un alma jovial y voluble que se conmueve ante los cambiantes aspectos de la naturaleza; que se divierte con- todo cuanto ve, salvando ingeniosamente los aspectos defectuosos «o extraños; que unas veces narra complaciente una historieta en que alguien ha hecho un gesto ridículo y otras recuerda un flechazo amoroso que ella ha disparado con malicia y arte, o bien se recrea en hacer relación de lugares, fiestas, estaciones, ciudades, montes y ríos preferidos, para disponer de un nombre poético o para ser intercalado en cualquier historia o tradición, o de cosas que le parecen desoladoras, detestables e inconciliables con aquellas otras que elevan el ánimo; todo ello dicho con la sinceridad de un alma que se desnuda ante sí misma. Es muy probable que la autora recogiese la idea de estas relaciones — que tanto abundan en el libro — de mode los chinos, y se ha señalado el nombre de Tsa Tsuan (Miscelánea), de Li Shang-yin (pseudónimo literario: Li I-shan, 813-858) como el del probable inspirador. Shdnagon se nos muestra, a través de su libro, como el tipo de mujer despreocupada, irónica, provocativa; todos la temían en la corte por su sarcasmo despiadado y tajante, por su prontitud en responder, rebatir y sorprender los fallos de los cortesanos. Existen, por otra parte, indicios seguros y numerosos que indican un fondo verdaderamente noble en el espíritu de Sei; así, su delicado sentido de la naturaleza, la ternura que ella muestra por los animales y pequeñuelos, su profunda adhesión a la emperatriz Sadako, de que da continua prueba en su libro, exaltando las virtudes de la soberana, su aspecto gallardo y su habilidad literaria.
Astro de primera magnitud en un firmamento de estetas, poetas y literatos (en arte fue rival de su contemporánea, la inmortal autora del Genji Monogatari, v.) dotada de un temperamento y un .ingenio vivacísimo, con una tendencia innata a recoger de cada cosa el aspecto débil o imperfecto, ha legado con esta obra una sencilla pintura del ambiente cortesano de su tiempo, que encierra suma importancia para el estudio de las instituciones, usos, costumbres y civilización del viejo Japón. El texto es de difícil interpretación a causa de las numerosas alusiones que lo hacen obscuro, incluso para los japoneses que no posean una adecuada preparación; no obstante ha sido objeto de estudios e indagaciones por parte de muchos comentaristas indígenas. El estilo de Sei, voluble como su pensamiento, se adapta sucesivamente a los asuntos tratados y revela que la autora poseía una admirable plasticidad y un sentido artístico extraordinario. La única traducción íntegra del Makura-no-Sōshi es la excelente de A. Beaujard (Les notes de chevet, de Séi Shonagon, París, 1934), acompañada de un indispensable volumen de orientación ambiental e histórica (Séi Shovagon, son temps et son œuvre, París, 1934).
M. Muccioli