[Drei Prinzipien göttliches Wesens]. Obra mística del filósofo alemán Jakob Böhme (1575-1625), aparecida póstuma en la colección de sus obras completas (Alie theosophische Schriften, Amsterdam, 1682).
En la obra de Böhme, la lucha entre el bien y el mal tiene por escenarios sucesivos el hombre, la naturaleza, las estrellas y los ángeles, sin que jamás llegue a cesar el combate ni este dualismo trágico llegue a ceder el paso a un maniqueísmo doctrinal. Como afirma el autor en el prefacio, en el fondo de cada entidad se halla una unidad imperfecta, un desacuerdo interior y, por ello, el hombre debe buscar «de dónde y por dónde ha venido el mal». Formulación en términos cósmicos de una contradicción que el hombre ha experimentado directamente en su propia conciencia, esta idea de un conflicto irremediable anuncia ya la dialéctica hegeliana acerca de la realidad y de la vida; evoca al mismo tiempo una noción que situaría en Dios mismo los principios, haciendo preexistir en el abismo divino («Abgrund») todo aquello que en el universo se realiza como oposición y, por lo tanto, como mal.
Pero, lejos de desembocar en un dualismo ontológico, esta oposición tiene su fundamento y su significación positiva en la misma voluntad divina, principio de una creación que no se hizo a partir de la nada y celebra su propia fecundidad eterna en los tres principios de la vida divina, en la génesis eterna de la Trinidad. Dios, unidad absoluta, que en su perfección tiende a la realidad, sale de su pureza y toma forma en el Hijo (Amor) por medio del Espíritu Santo (Sofía). A este desarrollo interior de la vida divina que se expresa en sabiduría divina, corresponde en la realidad el Gran misterio (v.) de la separación de la Naturaleza de Dios, su principio eterno.
Estas concepciones fantásticas, tan pronto líricas como dramáticas, pero siempre grandiosas, que ilustran los términos de la oposición cósmica sin poder conducirlos de nuevo a la unidad, fueron ya estudiados por Böhme en otro de sus libros, que se titula: De la triple vida del hombre, según el misterio de los tres principios. Este libro fue traducido por L. Cl. de Saint- Martin, y gracias a Böhme, tales temas, después de haber alimentado las corrientes místicas de los siglos XVII y XVIII, volvieron a encontrarse más tarde entre los románticos y Hegel.
G. Pioli
No se puede afirmar que el estudio de las obras de Bóhme constituya una especial delectación para el hombre moderno. Es lo mismo que pescar perlas preciosas en aguas turbias y saladas. Se encuentran, pero hay que ir a buscarlas, superando la molestia y la aversión. (Windelband)