[The Children of the Night]. Poesías líricas del poeta norteamericano Edwin Arlington Robinson (1869-1935), publicadas en Nueva York en 1897. Siguiendo a corta distancia una pequeña colección de poesías publicadas privadamente, éste fue el primer volumen de Robinson que se enfrentó con el público y la crítica. El libro no obtuvo de momento un gran éxito ni aseguró la fama al autor; fue más bien «redescubierto» a la luz de las sucesivas publicaciones de Robinson, y más justamente valorado por sus méritos. El título procede de la poesía que abre el volumen: hijos de la noche son los hombres «que no llegan nunca a conocer la luz», que no saben ver más allá de los lindes de la materia, de sus intereses y necesidades: desesperados aun cuando no saben que lo están. Es mejor naufragar al primer día de viaje, dice el autor, que navegar para siempre en la obscuridad. Esta poesía, como muchas otras de Robinson, tiene un movimiento de balada y respeta rígidamente las reglas clásicas del metro, pero la estructura del discurso, las alusiones que abren perspectivas de cosas apenas vislumbradas, la calidad sugestiva de los valores musicales de las palabras y de las frases, nos advierten que nos encontramos ante un poeta que no es de los de tipo tradicional: la influencia de lo que se ha convenido en llamar el decadentismo europeo se hace notar ya, aunque haya alcanzado a Robinson sólo por caminos indirectos. El poeta, originario del Maine, en Nueva Inglaterra, recuerda situaciones y figuras de la más antigua y tradicional región del Nuevo Mundo. Algunas breves presentaciones poéticas de personalidades y de vicisitudes («John Evereldown», «Richard Cory», «Cliff Klingenhagen», por ejemplo) parecen inspirarse en la Antología griega y anticipar la famosa Antología de Spoon River (v.) de Masters.
C. Pellizzi