[I diporti]. Obra que Girolamo Parabosco (1524-1557), polígrafo y músico veneciano, publicó en 1550. Es una colección de diecisiete narraciones; el autor imagina que un alegre conjunto de ilustres señores venecianos se ha dado cita en una pequeña isla de la laguna veneciana para cazar y pescar; pero, a causa del mal tiempo, en lugar de divertirse con la caza, los excursionistas se distraen narrándose largos cuentos durante tres días enteros. A cada una de las jornadas precede un «razonamiento», que viene a ser introducción, a la vez que justificación de los cuentos que siguen. Así, en el primer día, se relatan nueve cuentos; en el segundo, seis, y cuatro preguntas en torno al amor y a la mujer, y en el tercero, un solo cuento, seguido por el recitado de muchos sonetos, madrigales de temas diversos y una extensa serie de «elogios del mar».
El tema de los cuentos, de los razonamientos y de las diversas composiciones poéticas es, predominantemente, amoroso y burlesco; se repiten las situaciones y hechos que Parabosco trató ya en sus precedentes comedias (El embrollo, v., 1547; Los satisfechos [I contenti], 1549; El hermafrodita, v., 1539; El marinero [Il marinaio], 1550) o que servirán de trama para las sucesivas (El peregrino, v., ¿1552?; El ladrón [Il ladro], 1555; La criada [La fantesca], 1557). En toda la obra aparece evidente la inspiración boccaccesca, no sólo por el estilo ampuloso, sino por su artificiosa estructura, disponiendo los relatos alrededor de un centro, encerrados como en un marco. A pesar de que, a juicio de De Sanctis, el autor descuella entre los más inciviles, descuidados y deplorables novelistas de su tiempo, es indudable que este libro demuestra la extraordinaria difusión de aquella moda literaria que dio a cada ciudad de Italia su Decamerón.
G. Fantuzzi