[I dati dell’esperienza psichica]. Obra de Francesco De Sarlo (1854-1937), publicada en 1903. Su problema central es el del valor y de los límites de la psicología como ciencia empírica, constituida en la segunda mitad del siglo XIX sobre las ruinas de la psicología clásica. En tanto que esta última, de inspiración filosofico metafísica, concebía el alma como un ente sustancial que servía de base a las diversas «facultades» psíquicas, la nueva psicología procede con método rigurosamente científico, declarándose «ciencia natural» (de la psiquis), como la física, la biología, etc. Por tanto, suprime no sólo el concepto de facultad, sino también el del alma, considerándolos como metafísicos privados de cualquier base experimental, y se atiene escrupulosamente a los «datos de la experiencia psíquica». De Sarlo reconoce plenamente el valor de la psicología científica, en tanto que investiga las leyes que regulan la coexistencia y la sucesión de los fenómenos psíquicos, y sirviéndose del determinismo causal, trata de buscar en todo fenómeno particular una conexión general cada vez más vasta, hasta alcanzar una explicación de la esfera entera de la vida psíquica.
Pero, por otra parte, la psicología científica tiene sus límites claramente señalados, porque no puede pretender explicar las más elevadas exigencias del espíritu. Entre una y otra no hay oposición, sino íntima colaboración; así como es absurdo hablar de una lógica, de una ética, de una estética no psicológicas, porque las funciones lógicas, éticas y estéticas se estudian en sus productos concretos, es asimismo absurdo creer que se puede hacer la psicología funcional sin elevarse por encima del puro estado psíquico y de sus relaciones mecánicas. Es verdad que esta colaboración se resuelve en una sumisión de la psicología científica a la filosófica, en el sentido de que la elaboración de los datos, dados por la primera, sirve de base para el análisis de las funciones. En este punto, De Sarlo revela el influjo de su maestro Francesco Bonatelli, cuya doctrina estaba precisamente caracterizada por la tentativa de conciliar el mecanismo psíquico con la libertad espiritual, poniendo aquél al servicio de ésta. También en De Sarlo tal conciliación se convierte más bien en un compromiso, porque es bastante difícil, si no imposible, delimitar los confines exactos de las dos psicologías y establecer dónde termina el influjo del mecanismo y dónde comienza el de la libre actividad espiritual. Pero, en general, el conflicto se configura de modo análogo al existente entre ciencia y filosofía, característico de la posición neokantiana (a la que se acerca De Sarlo), que por un lado reacciona contra la deificación positivista de la ciencia, y, por otro, contra su desvalorización por obra del idealismo neohegeliano.
G. Alliney