[The Jolly Beggars]. Canción en dialecto escocés, con recitativos, arias y coros, del escritor Robert Burns (1759-1796). Escrita hacia fines de 1785, publicada primero en un opúsculo en 1799 y más tarde en las Poesías atribuidas a Burns [Poems ascribed to R. Burns] en 1801, pronto se reconoció como una de las obras maestras del gran poeta aldeano de Escocia. Incluso Carlyle, el gran crítico Hazlitt y De Quincey sostenían que Los alegres mendigos tenía que considerarse como lo más perfecto de Burns. Un grupo de andrajosos están reunidos armando algazara en una taberna una noche otoñal. Un veterano, cojo y manco, se levanta para cantar su historia, que corean los demás. Se levanta luego su amante y narra su vida. Luego que el coro le ha contestado también, continúa un bromista, que empezó su carrera de estudiante y ha acabado en volatinero. Tras él una mujer ya madura, pero bastante fuerte todavía, lamenta a su bello Juan el Montañés, ahorcado por ladrón de caminos. Se enamoran al mismo tiempo de la mujer un pequeño violinista de feria, que canta su aria de invitación amorosa, y un robusto calderero que, tras amenazar al pequeño violinista, canta dos estrofas y se lleva a la mujer. Pero se compadece del violinista otra mujer del grupo, casada con un poeta ambulante también presente. Mientras ella va a buscar al violinista detrás del gallinero, el marido se sitúa en el centro de la sala y describe su eterna lucha entre las castas Musas y las mujeres, con total ventaja de las primeras. Los alegres mendigos participan del clima revolucionario que en Francia se convertía en acción: un alegre desafío a toda ley ética expuesta en una comilona de taberna que se convierte en el símbolo de la felicidad. Y todo ello con tal triunfo de colores, de hallazgos, de peleas, que cada imagen se fija indeleble en la memoria.
L. Spaventa Filippi