L’Ausonio, Cristina Trivulzio de Belgioioso

Revista política fundada en París por la princesa Cristina Trivulzio de Belgioioso (1808-1871) en sustitución de la «Gazzetta Italiana» (v.), cuyo programa moderado continuó propugnando, pero con un declarado tono antiaustríaco. Salía de las prensas de Giraudet y Jouast, en cuadernos mensuales de ochenta páginas; el primer cuaderno apareció en marzo de 1846; en mayo de 1847 se hizo semanal y cerró su primera serie. La Belgioioso trabajó en ella activamente, pues además de los escritos de carácter político publicó artículos socioló­gicos acerca de las condiciones de los cam­pesinos de Lombardía y consideraciones económico-estadísticas sobre el reino lom­bardo-véneto. Entre sus colaboradores re­cordaremos a Terenzio Mamiani, Luigi Cicconi, Angelo Brofferio, Michelangelo Lanzi y Massimo d’Azeglio. «L’Ausonio» publicó, abusivamente y dejando traslucir el re­sentimiento del autor, la famosa carta de Alessandro Manzoni sobre el Romanticismo, posponiéndole una «Advertencia al lector», en que se decía: «Estamos encantados de ser los primeros en poder presentar en Ita­lia una carta de A. Manzoni todavía inédi­ta, aunque destinada al público».

La pri­mera serie del periódico se cerró con el fascículo séptimo, en el que se lee un cu­rioso escrito de Azeglio sobre Pío IX, titu­lado : «El centinela del Capitolio». Al co­menzar el 1848, salió tres veces por mes, reduciendo el número de páginas, hasta que dejó de publicarse en marzo del mismo año, cuando la Belgioioso se trasladó a Nápoles donde había estallado la revolución y don­de la princesa había pensado publicarlo. Según el más reciente biógrafo de la Bel­gioioso, Aldobrandino Malvezzi, «Ausonio» demostró desde el principio ser una revista que no tenía par en Italia y fue «la primera notabilísima tentativa, muy bien lograda, de revista italiana que a un tiempo era de alta y varia cultura, de nutrida crónica y de crí­tica política seria». Estaba escrito en fran­cés, pero con sentimientos italianos. Repro­bando la apatía exhortaba a la acción, según lo prueban las siguientes palabras, dirigi­das a los toscanos moderados: «La moderation n’est pas toujours une vertu: elle n’est souvent que la masque de la cobardie».

R. Caddeo