Las Aventuras de Harry Hichmond, George Meredith

[The Adventures of Harry Richmond]. Novela de George Meredith (1828-1909), pu­blicada en 1871. Richmond Roy, el padre de Harry, es hijo de una actriz irlandesa y de un duque de sangre real, o al menos así lo cree. Como profesor de música y canto, ha tenido por alumnas a las dos hijas del rico Squire Beltham; ambas se han enamo­rado de Roy, y la más joven ha huido con él, se han casado y luego, al darse cuenta que la traicionaba se vuelve loca y muere después de algún tiempo del nacimiento de Harry. El niño crece así entre el padre, hombre inteligente, audaz y de pocos es­crúpulos que, obsesionado con la idea de su sangre real, a toda costa trata de ase­gurar al niño un lugar en la sociedad, y el abuelo que trata de sustraerle a la influen­cia nociva del yerno. El abuelo querría ca­sar a Harry con una buena muchacha, Janet Ilchester, en tanto que Roy hace todo lo posible por suprimir los obstáculos que se oponen al matrimonio de Harry con la princesa Otilia, hija de un duque reinante en un pequeño país alemán, y de la que el joven se ha enamorado. Harry vuelve a Inglaterra, donde halla de nuevo a Janet que se ha hecho una mujer y con la que el joven contrae una verdadera amistad.

Roy hace una nueva tentativa para que Otilia sea la mujer de su hijo; tentativa que trae como consecuencia el matrimonio de ésta con el príncipe Hermann. Poco después muere Beltham, dejando a Janet heredera de toda su fortuna; pero sólo cuando ella se compromete con un joven noble al que espera curar de sus vicios, se da cuenta Harry de que realmente la ama y, tras muchos sufrimientos y luchas, se casa con ella. La novela se distingue por su ampli­tud, por la vivacidad y la variedad de la trama, por el gran número de personajes que intervienen, todos netamente caracte­rizados, y es una vertiginosa serie de acon­tecimientos, un entrecruzarse de aventuras cómicas o patéticas, de intrigas, de luchas, de escaramuzas en torno a la figura de Richmond Roy, el padre de Harry. Este simpático aventurero, incorregible soñador, representa en el desarrollo moral e intelec­tual del hijo el elemento romántico-senti­mental. A él se opone la figura del viejo, el autoritario y positivo Esquire Beltham, encerrado en sus prejuicios, viva represen­tación de la visión positiva de los hechos. A través de estas opuestas tendencias se plasma y se afirma el alma del pequeño Harry, y sólo en este sentido puede decirse que la novela se apoya en un núcleo auto­biográfico, en cuanto que su propio des­arrollo intelectual y moral, Meredith lo al­canzó en el continuo contraste entre los sueños de su alma y la realidad hostil del ambiente fríamente positivo que le circun­daba. Pero esta significación espiritual de la novela apenas queda esbozada: sus per­sonajes son ante todo seres humanos, ani­mados de una íntima vitalidad sostenida por su propio mundo moral. En este sen­tido, el escritor alcanza una gran fluidez y elegancia de estilo, unida a los más sutiles matices espirituales sin caer en el amane­ramiento que, con el tiempo, oscurecerán en parte sus últimas obras.

S. Rosati

Su estilo es un caos iluminado de res­plandores. Como escritor, lo ha dominado todo, pero no la lengua; como novelista puede hacerlo todo, pero no puede narrar una historia; como artista, lo es todo, pero sin articular.  (Wilde)