[Lèvres closes]. Volumen de poesías líricas, de 1867, en las que Léon Dierx (1838-1912) ofreció lo mejor de su poesía. Su inspiración, excesivamente vinculada a las maneras parnasianas y al modelo de Leconte de Lisie en los anteriores Poèmes et Poésies (1864), ya cansada y propensa al agotamiento en las colecciones posteriores (Paroles du Vaincu, de 1871; Amants, de 1879), se presenta aquí como la de un parnasiano sentimental, y parece recoger en sus ritmos amplios y reposados las corrientes líricas más significativas de su siglo, asimiladas y matizadas por un temperamento prevalentemente elegiaco. Escritas en el período en que las más audaces novedades técnicas tentaban a la nueva poesía francesa, Dierx sigue sin embargo una versificación regular y se adscribe más bien a un tipo de poesía armoniosamente elocuente, entre Lamartine y Vigny; su originalidad está en su misma debilidad, por la que los más nobles tormentos de un pensamiento pesimista se manifiestan en lánguidos y contenidos quejidos, y las centelleantes evocaciones de los grandes espectáculos naturales se reducen a unos delicados cuadros otoñales («La prière d’Adam», «Lazare», «Soir d’octobre»).
No faltan, sin embargo, acentos más apasionados («Odeur sacrée», «Nuit de juin») y complacencias parnasianas («Rythmes»), que revelan al admirador de Gautier; mientras que el angustioso sentido de la muerte inspira a Dierx los impresionantes versos de «L’invisible lien». Puede causar asombro el hecho de que muchos jóvenes poetas declararan en 1898, después de fallecer Mallarmé, a Léon Dierx «Príncipe de los poetas»; de todos modos su obra es indudablemente representativa, pues en ella se puede ver reflejada la órbita de la poesía francesa de todo un siglo, desde el primer Romanticismo al Intimismo.
M. Bonfantini