Presentación cronológica de los Papas, hecha por el humanista Bartolomeo Sacchi, conocido por Platina (1421-1481), por orden de Sixto IV, entre 1471 y 1474, y publicada en Venecia en 1479, es la primera de las obras de este género y está impregnada del espíritu ora adulatorio, ora crítico, propio de los humanistas al servicio de las Cortes. Su título completo es: Libro de la vida de Cristo y de todos los pontífices, que hasta ahora han sido doscientos veinte [Liber de Vita Christi ac omnium pontificum qui hactenus ducenti fuere et viginti]. Esta gran obra, que tuvo un éxito extraordinario, señala un momento importante en la historia del Papado. Apenas salido de la grave crisis del cisma de Occidente, el Papado conquistaba de nuevo, con renovado vigor, después del poco glorioso final del Concilio de Basilea, su prestigio y sus tareas de institución universal. Sus decretos eran de nuevo observados en toda la Europa cristiana, como procedentes del único representante de la cristiandad, como a la única autoridad que reunía en un solo haz las fuerzas de los príncipes cristianos para detener la marcha victoriosa de la Media Luna en la península balcánica.
Bartolomeo Sacchi de Piadena, que latinizó su nombre en Platina, deseaba hacer olvidar no sólo el proceso que bajo el pontificado de Pablo II había estado en un tris de llevarle al patíbulo como reo de lesa majestad, sino ganarse además la benevolencia del nuevo pontífice Sixto IV; por esto le pareció oportuno dar una nueva elegancia de forma a la vieja colección oficial de las vidas de los pontífices, el Libro Pontifical (v.), que terminaba con la vida de Martín V (1417-1431). La obra, que marca la renovada conciencia que por entonces se tuvo del carácter sobrehumano de la augusta institución papal, reveló pronto sus defectos de apresurada compilación, y Muratori no acogió en su colección más que las vidas de Calixto III y de Sixto IV. En la nueva edición de la gran colección muratoriana, las Vidas de les pontífices han visto la luz de nuevo, aunque el original ha sufrido correcciones críticas.
G. Franceschini