[Die Fürstengruft]. Composición del poeta suevo Christian Daniel Friedrich Schubart (1739- 1791), publicada en 1779, donde con macabra fantasía se evoca un subterráneo sepulcro principesco en el cual yacen y se pudren los cuerpos de los que fueron ídolos del mundo.
El poeta — una singular figura de rebelde y de apóstol de la libertad, que pagó con- un cautiverio de diez años sus ofensas contra la potencia de la Austria de María Teresa— ve «descarnadas las calaveras donde están apagadas las miradas que un tiempo eran terror de la humanidad, podridas las manos que con un golpe de pluma quitaban la libertad al sabio que se había atrevido a levantar su voz» e invita a las víctimas infinitas, los huérfanos hambrientos, los mutilados del servicio mercenario, a que no los despierten, que ya llegará el Juicio Eterno, «cuando el ángel de la muerte cogerá a los tiranos, y el gran Juez los despertará amontonando sus horrores en una montaña que los sepultará llameando».
Las composiciones poéticas de Schubart tienen por regla general un carácter de improvisación y ahora ya están casi todas relegadas al olvido, aunque sigue viviendo su nombre como antorcha de libertad y por la admiración que le brindó su joven compatriota Friedrich Schiller.
L. Mazzucchetti