[La Reine Flammette]. Drama en verso, en seis actos, del escritor francés Catulle Mendés (1841- 1909), representado en 1889.
La hermosísima Flammette es reina de Bolonia: su esposo es un aventurero sin ninguna virtud política. Ella quiso elevarlo con la boda hasta el trono, pero, llena de pasiones, vive como si estuviera completamente libre. Sus costumbres de mujer espléndida y fatal impulsan a algunos conjurados a procurar su muerte: particularmente César Sforza, cardenal sobrino, intriga para restaurar en el trono al loco soberano. Es encargado de matar a Flammette un sombrío dominico, Daniel, que se siente impulsado al crimen para vengar la muerte de un hermano. Flammette, entretanto, se retira a un convento por capricho: nadie la conoce a excepción de la abadesa. En el convento se produce el amor entre el joven fraile y la hermosa mujer; vuelta a palacio, durante una fiesta, sin ser reconocida, está a punto de ser apuñalada por el fanático Daniel, pero se salva: y al fin él se entera de la terrible situación en que se encuentra: entre el amor por la desconocida y la venganza ansiada.
La mujer hace firmar, con amplio gesto teatral, el indulto de Daniel y luego abdica; pero como carece de autoridad real, es acusada de brujería y condenada por el Santo Oficio, por obra del cardenal. Poco antes de cumplirse la sentencia, llega a la celda el fraile para confesarla y se entera de que, entre sus culpas, Flammette no ha matado a su hermano. Loco de pasión, el fraile se venga en Sforza, a quien mata con la misma hacha del verdugo justiciero. Muere al fin con la mujer que por su amor dejó el trono y cayó en la ruina. Este drama es más que nada una fantasía melodramática sobre una Italia amanerada, según las modas y actitudes en auge desde la época romántica y puede recordarse como ensayo de la peor producción de un escritor demasiado fácil y fecundo.
C. Cordié