Comedia famosa en tres actos del autor español Félix Lope de Vega Carpió (1562-1635). El argumento se basa en los pretendidos derechos del rey don Alfonso X el Sabio, al Imperio Romano. Ante los electores, convocados para decidir la cabeza que ceñirá la imperial diadema, defiende al monarca español el arrogante y enamorado caballero don Juan de Toledo. Gran algaraza celebra la reunión de los electores, y, por fin, entre voces y músicas resuena el nombre de Rodulfo como el del Emperador elegido. Entretanto, Otón, rey de Bohemia, vuelve de caza a su palacio y encuentra muy triste a su esposa, Etelfrida. Creyendo que su melancolía obedece al disgusto por la caza, en muy bellos versos en los cuales enumera aves y costumbres de cetrería, afirma que la abandonará si a la reina le molesta. Pero Etelfrida está triste porque no ha sido elegido su esposo para Emperador, y así se lo manifiesta. Furioso, Otón convoca a sus caballeros para hacerle guerra a Rodulfo y arrebatarle la corona imperial. Sus hazañas son celebradas por el embajador español, que anda enamorado de la dama alemana Margarita. De repente, el batallador pretendiente al Imperio Romano se siente turbado por la aparición de una sombra… Estremecido, Otón empieza su clamor: «Sombra espantosa, ¿qué me quieres? Ténte, / que me oprimes el pecho, que no dejas / que la respiración del aire goce…». Cuando termina, su coraje bélico ha disminuido hasta el punto de acatar a Rodulfo y deponer las armas. De regreso a su castillo, cuando los nobles anuncian su llegada a la reina, ésta se niega a recibirle vencido; y como él, ansioso de su presencia y sin querer aceptar que ella le repudie, insiste hasta conseguir llegar a su lado, Etelfrida le acomete, armada. Le insulta por su cobardía, y Otón, avergonzado, reacciona y vuelve al campo de batalla. Caen los que le siguieron, y reaparece la sombra para herir mortalmente a Otón. Cae, y en su agonía oye que se le acercan Rodulfo con su gente, y Etelfrida. Ésta le alaba por haber muerto si no Emperador, «asido a la corona», y el Emperador le concede honores por su valentía.
C. Conde