La Hermandad, Alois Jirásek

[Bratrstvo]. Novela histórica del escritor checo Alois Jirásek (1851-1930), publicada en 1908. Lleva como subtítulo: «Tres rapsodias: La batalla de Lucenec, María, Los mendicantes», y es en conjunto un gran cuadro de la disolución, producida después de 1451, de las últimas tropas hussitas y, en particular, del período en que el caudillo Jan Jiskra de Brandys, en el cargo de «capitán de las regiones al­tas del reino de Hungría», defendió las tie­rras eslovacas a favor del rey menor de edad, Ladislao, contra el gobernador de Hungría meridional, Hunyadi.

Vastísimo es el número de episodios a través de los cua­les se desarrolla el proceso de disolución: en la primera rapsodia, a las intrigas de María, la esposa húngara del noble caído Bodorovsky, que se ha unido a la «her­mandad» de los guerreros checos que ocu­pan Eslovaquia, sigue, como episodio central, el sitio de Lučenec por parte de los húngaros y la liberación de la ciudad, en el momento más crítico, por obra del ejér­cito de Jiskra, que inflige a los hombres de Hunyadi una gran derrota. En la segunda rapsodia, en la que María, que continúa con sus intrigas, pasa al primer plano, Jis­kra aparece ya como vencido, habiendo en­tregado, después de varias vicisitudes, ciu­dades y castillos. La lucha es sostenida por un grupo de miembros de la hermandad que no aceptan las condiciones del armis­ticio, pero sin gran éxito, porque uno de los capitanes, Talafús, se deja seducir por las gracias de la «Húngara» y la «herman­dad» pierde el castillo de Spiš, punto esen­cial de su defensa. Jiskra, por orden del rey, disuelve la «hermandad», pero sus miembros, con tal de no ir como mercena­rios al servicio de extranjeros, se quedan en Eslovaquia. Es al principio de la ter­cera rapsodia en que la obra de la in­trigante María continúa arrastrando a la ruina al capitán Talafús, que, desgraciadamente, es herido. Los miembros de la «her­mandad» son sitiados en el castillo de Spiš, de nuevo en sus manos, pero la defensa es desesperada. Talafús se entera de que Ma­ría es una traidora y pide a sus colegas que pronuncien sentencia a su respecto. En lu­cha con uno de los colegas, Janko Kozic, a quien ha matado un hermano, María cae herida de muerte. Con este trágico episodio puede decirse que termina la resistencia de la «hermandad» checa, culpable de haberse transformado de escuadra de guerreros de Dios, según la idea del famoso capitán hussita Žižka, en una masa de hombres co­rrompidos por el juego, las mujeres y el deseo de botín.

La excesiva intriga de los episodios perjudica a la novela-epopeya, en la que destacan, sin embargo, las figu­ras verdaderamente épicas de los orgullosos y atrevidos caudillos hussitas, checos y eslovacos, representados con realismo histórico y artístico de primer orden.

E. Lo Gatto