La Granja de Vehfreude, Jeremías Gotthelf

[Die Käserei in der Vehfreude]. Novela de Jeremías Gotthelf (pseudónimo de Albert Bitzius, 1797-1854). Es una larga narración en la que el autor, pastor protestante en el Oberland bernés, describe de modo realista y con gran viveza, las costumbres y los habitantes de una aldea suiza. El argu­mento es simple: los habitantes de Vehfreu­de deciden construir, en lugar de una es­cuela, como proponen las autoridades pro­vinciales, una gran granja, a la que todos puedan llevar leche para participar luego en los beneficios resultantes de la venta del queso. La granja queda construida en se­guida, pero no faltan inconvenientes, por­que los campesinos no vacilan en llevar la leche aguada y de mala calidad, para poder decir que mandan más leche que su vecino. La rivalidad y los litigios, que nunca faltan en las aldeas, se enconan por obra de la nueva comunidad de intereses; las mujeres encuentran ocasiones para su maledicencia y los hombres motivos para venir a las manos.

Surge entretanto un idilio entre Félix, el turbulento hijo del síndico, y Anita,  una pobre huérfana que vive con su hermana Betty y su cuñado Sepp, con­tra los cuales van especialmente dirigidas todas las hostilidades y maledicencias del país. Pero Betty y Sepp, a pesar de todas las calumnias y los disgustos, mantienen su calma. La dulce Anita, que, aun amando a Félix, mantiene intacta su pureza, ni siquiera se da cuenta de que es observada y calumniada. Al fin Félix, admirado de su bondad y de su virtud, se casa con ella a despecho de todos. Sobre todo continúa irreductible Eisi, tipo de bruja que, no con­tenta con tiranizar a su marido y a sus hijos, se había divertido sembrando la ci­zaña en la aldea hasta con cartas anónimas: una vez desenmascarada, ha de asistir, ra­biando, a la felicidad de la pareja. La ma­teria de la prolija narración es ingenua, a menudo hasta pesada por sus razonamien­tos morales, pero los personajes son con­cretos y veraces, y el ambiente campesino está muy bien tratado.

A. Manghi