Comedia en tres actos del costumbrista español, estrenada en el año 1852, que por su sana comicidad, el fin moral y la fluidez del diálogo, recuerda la más bella tradición del teatro español. El autor presenta en ella tres tipos distintos de matrimonios mal avenidos: en uno hay diferencia de edad, en otro de categoría social y en el último de educación y cultura. Cada una de las tres esposas es perseguida por un seductor (amante astuto y rico), pero la inteligencia, la gracia y la religiosidad de una de ellas —Luisa— consiguen evitar la catástrofe.
Es un argumento ligero, de vicisitudes sentimentales que se mantienen en las formas de una exposición novelada, con rápidas alusiones y un tono familiar. Después de Moratín, de cuya tradición fue el continuador, Bretón de los Herreros fue uno de los que mayormente contribuyeron a devolver el buen gusto a la escena española. Su teatro es una admirable galería de cuadros y tipos de la época, en que se representa en sus distintos aspectos — ideas, virtudes, defectos, usos y costumbres — el carácter del pueblo español.
Es de señalar la modesta sencillez de su estilo chistoso, brioso y pintoresco, su fácil vena poética, su rica vena cómica, su profundo espíritu de observación, especialmente en los ambientes burgueses. Sus personajes hablan un castellano llano y límpido, carente de adornos y artificios, y también de vulgaridades, el castellano de la clase media madrileña a mediados del siglo pasado.
C. Boselli
Lo más notable en esta comedia es una cierta suavidad que mitiga, dulcifica y hace simpática aun la más punzante de sus sátiras, sin embotar por esto su filo. (Valera)