[La cortigiana]. Comedia de Pietro Aretino (1492-1556), escrita en 1526, elaborada y publicada en 1534: pintura viva y cruda de la Roma inmoral de aquel tiempo y violenta sátira contra la corte papal, en la que se agitan todos los tipos de la época. La acción se desarrolla sobre dos líneas paralelas que se juntan en el clásico final de la comedia.
Micer Maco, un sienés rebosante de citas y versos latinos, llega a Roma para hacerse cortesano y más tarde cardenal. Pero el tonto encuentra pronto quien se burle de él; en efecto, cierto Maestro Andrea, un pintor del tipo de Buffalmacco (v.) se compromete a enseñarle el arte del cortesano; y llega hasta hacerle tomar un baño turco para que adquiera la justa forma del cortesano. Cuando el mofado, orgulloso y seguro de su cambio, va a la casa de una dama, el mismo pintor y un amigo suyo, disfrazados de españoles, le echan de mala manera. Otro personaje, Parabolano, un presumido señor, se ha enamorado de una noble y hermosa dama. Su criado, pícaro y aprovechado, descubierto el amor de su dueño, se pone de acuerdo con una rufiana y los dos deciden gastarle una broma; fingirán que la rufiana es la nodriza de la dama a la que ama su señor, y advierten al hombre que dicha señora tiene muchos deseos de tenerle a su lado una noche. Parabolano se lo cree y acude a la cita, donde en lugar de su amada encuentra a la esposa de un panadero, ya de acuerdo con la rufiana. En este momento las dos tramas se juntan: pero en lugar de haber desahogos de ira, odios, venganzas, todo acaba bien.
En efecto, Parabolano, acordándose de otras burlas de éste género de las que él mismo había sido autor, lo echa todo a broma y convence a todo el mundo, incluso a micer Maco y al marido de la panadera, a que se rían con él de la burla, para que «tan bella comedia no tenga que acabar en tragedia». Toda la comedia es una representación satírica de gente astuta o ingenua, gentilhombres o gente del pueblo, criados y dueños, curas o judíos, en un continuo diálogo rebosante de fantasía, vivaz, lleno de comicidad, que aún resiste hoy en día, e introducidos en tal abundancia que nos hace pensar en un primer ejemplo de comedia-revista. Falta en cambio, y más que en otras comedias de Aretino, una unidad de construcción; y la variedad de los motivos, así como se dispone en una unidad tan sólo escenográfica sobre el marco de la Roma papal, de la misma manera encuentra un centro no poético y fantástico, sino polémico y autobiográfico en la violenta antipatía del Aretino por los métodos y las costumbres de la Curia romana.
E. Allodoli
Ésta es la comedia que podía producir aquel siglo; el último acto del Decamerón, un mundo descarado y cínico. (De Sanctis)
En la Cortesana, Aretino inventa la primera «revue» moderna. (G. Toffanin)
Jamás leyenda alguna fue más absurda que la que le convierte en escritor carnal. La carne nunca aparece como espléndida y alegre; sólo consigue considerarla bajo el punto de vista de la miseria que nace de su corruptibilidad. (M. Bontempelli)