[Coronament de Louis]. Cantar de gesta del siglo XII en decasílabos asonantes.
Carlo-magno (v.), notando próximo su fin, ante toda la corte, el Papa y los prelados, en la iglesia de Aquisgrán (Aix-la-Chapelle) quiere coronar a su hijo Ludovico, pero le amonesta diciendo que, si no se siente capaz de asumir los deberes de un rey, no debe aceptar la corona. El joven duda, y los barones piensan que sería tal vez más apto para la vida monástica que para empuñar el cetro. El traidor Hernaut de Orléans, se ofrece entonces para la regencia, pero Guillermo (v. Guillermo de Orange), hijo de Aymeric de Narbona (v.), toma la corona, y colocándola sobre la cabeza de Ludovico, afirma que le servirá y defenderá siempre; después se va a Roma para cumplir un voto en San Pedro. Allí, tras rogarle el Papa que lo ayude contra los sarracenos, que han tomado Capua y marchan sobre Roma, combate victoriosamente contra un gigantesco campeón sarraceno bajo los propios muros de la urbe y queda herido en la nariz, de donde le viene el sobrenombre de «Guillermo el de la nariz corta». Está a punto de recibir la recompensa por sus fatigas, cuando llegan mensajeros de Ludovico a pedirle ayuda, porque los traidores quieren usurparle el reino. Guillermo corre en defensa de su señor, sofoca la revuelta de los vasallos que han obligado al rey a refugiarse en el monasterio de San Martín de Tours, y lo libera de todos los enemigos internos.
Llamado nuevamente por los romanos, que, muerto el papa, van a la greña con los alemanes, Guillermo se lleva consigo a Ludovico, que lo sigue de mal grado, ocupa su puesto en un combate singular con el jefe de los alemanes, coloca en su cabeza, en San Pedro, la corona de Italia, vence a los barones franceses sublevados contra Ludovico, lo defiende en Laon y, por fin, le da por esposa a su propia hermana. Pero el rey es ingrato, y el poema termina con una profecía triste para Guillermo, que tanto ha hecho por asegurarle el trono. Esta profecía será el tema de otro poema (v. El carro de Ni- mes). La canción corresponde al ciclo d^ Guillermo de Orange, canta las hazañas del héroe y sus luchas contra los infieles (véase Toma de Orange, Aliscans, Cantar de Guillermo). Él es el héroe que, muerto Carlo- magno, se erige en defensor del reino y de su débil rey: al morir Carlomagno, le deja su espada, que es la misma de los antiguos reyes de Francia, con la que le encomienda la defensa de una tradición y de una idea. El único fundamento histórico del cantar es la coronación de Ludovico. En cuanto a las demás hazañas y personajes, son producto de la fantasía de un poeta genial del siglo XII, que ha elaborado la materia tradicional, imprimiendo en ella el sello del espíritu de su época, el espíritu caballeresco y guerrero de la sociedad de las Cruzadas. C. Cremonesi