La Casa Lauernesse, A. L. Gertrude Bosboom Toussaint

[Het Huis Lauernesse]. Novela histórica de la escrito­ra holandesa A. L. Gertrude Bosboom Toussaint (1812-1886). Esta obra, editada en el año 1840, consolida definitivamente el pres­tigio de la novelista e ilustra de un modo admirable los comienzos de la reforma pro­testante en Holanda. La acción se sitúa ha­cia 1520, época a la que la historia neerlan­desa ha dado un nombre francés: «le Réveil», el Despertar. El libro nos presenta a la jo­ven y rica heredera del castillo de Lauer­nesse, Otteliine, muchacha huérfana e inde­pendiente, en la que el estudio de las hu­manidades ha desarrollado aún más su es­pontánea osadía. Otteliine, que está muy enamorada de su prometido Arnaud Reinier Bakelsze, arrogante capitán de los ejércitos imperiales y defensor de la Iglesia católica romana, acoge en su castillo de Lauernesse a un joven viajero, Paul van Mansfield, que predica la nueva fe. Tras largas discusiones con el recién llegado (en ellas, la autora se esfuerza por mostrarnos uno y otro aspecto de la cuestión, aunque sin poder ocultar que es una hugonote convencida), Otteliine ab­jura del catolicismo y se convierte al pro­testantismo. En vista de ello, Arnaud rompe su compromiso a pesar de sentirse deses­perado porque adoraba a la muchacha, y, tratando de hacerla volver sobre sus pasos, envía junto a ella a su hermana preferida, Johanna.

Ésta revela a Otteliine que también ella ha sido conquistada por la Reforma a espaldas de su hermano. La madre de Ar­naud ha dirigido sus pasos por idéntico ca­mino y una de las principales escenas del libro es la que nos presenta a Arnaud jun­to a la cabecera de la madre moribunda y en un ambiente protestante, sin que falte en él la presencia de Otteliine. Le impiden que llame a un sacerdote y, en un acceso de cólera, se lanza sobre su joven hermano al que hiere gravemente, mientras muere su madre maldiciéndole. Arnaud pasa al ser­vicio de la Inquisición española y prosigue su lucha contra la Reforma con la incremen­tada violencia a que le impulsa su frustra­do amor por Otteliine. Los antiguos novios, que se siguen amando, se buscan dolorosa­mente a través de luchas sin cuartel y, cuando están a punto de unirse, la mucha­cha se entera de que Arnaud acaba de dete­ner a un sacerdote que ha abjurado de su fe católica y con el que Johanna se ha ca­sado según el rito protestante. Otteliine no puede perdonárselo y Arnaud, minado por la constante lucha que mantiene consigo mismo, pierde la razón y expira delirando en los brazos de su antigua prometida. Esta obra se destaca netamente de las prece­dentes novelas de la autora, inspiradas fun­damentalmente en el romanticismo anglo­sajón. La casa Lauernesse, a pesar de que su estilo sea a menudo enfático, ilustra ad­mirablemente sobre los conflictos de ideas y sentimientos que se desencadenaron en Holanda por aquella época. El diálogo es excelente y la autora sabe ahondar en las almas de sus criaturas.