[La cantatrice per disgrazia, ossia Memorie della Marchesa N. N.]. Novela del abate Pietro Chiari (1711-1785), publicada en Venecia en 1754. Sigue a la Bailarina honrada (v.) en la trilogía de la vida teatral que comienza con La comediante afortunada (v.); pero aquí la heroína no aparece en escena más que en un episodio y de mala gana. Tanto aquí, como en la Filósofa italiana (v.), comienza el libro con una fuga: la protagonista, Giustina, la efectúa desde un perdido valle del Delfinado donde, maltratada y vilipendiada, vivía con una familia de campesinos. Llega a Briangon, tras una dramática noche pasada en una caverna en compañía de un esqueleto, conoce al marqués de Brianville, que la seduce y, luego, de improviso, desaparece. Obligada por el embarazo a refugiarse en Milán en casa de una ex cantante, ésta persuade a Giustina para que intente triunfar en las tablas como ella; pero su carrera, en medio de continuas malas pasadas de empresarios sin escrúpulos, es un completo desastre. Tras de muchas peripecias, llega Giustina a París, donde encuentra a Brianville, y no sin pasar por numerosas intrigas y complicadas peripecias, y descubrir que es hija de la marquesa de T., se casa con él. La novela, divierte por los bien imaginados accidentes de varias clases y por la vivísima pintura de personajes secundarios; en su tiempo hizo furor: en doce años alcanzó seis ediciones, y hasta fue traducida en París dos veces al francés, máximo entonces de todos los honores (1768, 1799). Con su gran fluidez y facilidad de estilo, aunque un poco negligente, por su desbordada fantasía, su viveza de espíritu y su fácil agudeza, Chiari conquistó al público, a cuyos gustos se plegaba con extraordinaria facilidad; hizo renacer en Italia la novela, y durante cincuenta años, fue uno de los más brillantes escritores italianos. Aunque no conociera los frenos del arte, no es equitativo enjuiciarle sumariamente, repitiendo los juicios ásperamente negativos que de él han hecho Baretti y Cario Gozzi.
A. Salvatorelli Casalegno