[Jahvé es Dios]. Libro del Antiguo Testamento (v. Biblia), atribuido al profeta Joel (s. IX a. de C.), escrito en lengua hebrea.
Comprende tres capítulos y se divide en dos secciones; la primera (I—II, 17), tomando como motivo la invasión de las langostas, de la cual algunos Padres dieron una interpretación sólo alegórica y otros alegórica y realista, describe el enojo de Dios contra su pueblo y lo invita a la penitencia. En la segunda (II. 18-IV, 21) promete los bienes mesiánicos futuros, el espíritu del Señor que se expandirá sobre toda carne y el Juicio Final. El valle de Josafat donde Dios purgará a los pueblos no es nombrado en ningún otro, lugar de la Biblia. Es un valle simbólico, cuyo apelativo se traduce «Jahvé juzga». El estilo clásico del libro de Joel permite la suposición de que el poeta vivió en la época de oro de la literatura hebrea o poco tiempo después. En cada versículo se revela como un verdadero maestro en el arte del hablar. Su lengua es pura; su frase robusta refleja la energía de carácter del escritor a lo largo de toda la obra, brío de elocución y sublimidad de pensamiento. Isaías lo tuvo continuamente ante sus ojos. Amos también presenta algunos puntos de contacto con Joel, pero la preeminencia corresponde a este último. Su descripción de la invasión de las langostas es una viva pintura que podría compararse con algunas descripciones de Boccaccio. Léase además el final del libro donde el amor patrio del profeta y su espíritu de vidente hallan acentos inflamados y políticos para representarnos el paso de Sión del colmo de la desolación al estado de prosperidad : brotará leche de las colinas, todo río de Judá estará colmado de agua límpida y, del gran templo surgirá una fuente que regará el valle.
G. Boson