[Recherches sur les ossements fossiles]. Está considerada como una de las principales obras de George-Léopold Cuvier (1769-1832), aparecida de 1821 a 1824. En una introducción titulada «Discurso sobre las revoluciones del Globo», que fue impresa aparte, el autor expone los resultados obtenidos y extiende a los fósiles el método por él aplicado a la investigación anatomicocomparativa. Los yacimientos óseos de la cuenca de París le procuraron material abundante. El mérito de Cuvier consiste en la rigurosa y razonada aplicación del «principio de correlación». Establecido que la forma de las uñas — por ejemplo — está en correlación con la forma del aparato de la masticación, se hace posible reconstruir (y por tanto clasificar) un organismo entero partiendo de unos pocos restos fragmentarios. Cuvier hizo dar a la paleontología un paso decisivo, y en cierto modo puede decirse que esta ciencia nació gracias a sus investigaciones. Sin embargo, defendió algunas ideas que fueron luego abandonadas: la de los cataclismos y la de la fijeza de la especie. La primera consiste en considerar la sucesión de los cataclismos en la historia de la Tierra (teoría desarrollada en otro libro) como responsable de la desaparición de muchas formas vivas. La segunda, como su nombre indica, excluye toda transformación de una especie y deriva de una interpretación literal de la doctrina creacionista. Una y otra han cedido el paso, hoy día, a una concepción evolucionista de desarrollo lento, sin solución de continuidad, excepto para fenómenos aislados. También el diseño histórico de la sucesión de las faunas desaparecidas, según Cuvier, es bastante distinto del sostenido por las concepciones actuales.
C. Baseggio