Investigaciones Sobre la Electricidad, Henry Cavendish

[Electrical Researches]. Ensayos del físico inglés Henry Cavendish (1731- 1810). La obra, que es una de las más im­portantes en la historia de la electrología, tuvo suerte bien singular, merced al ca­rácter del autor, solitario y hasta misán­tropo. De todo lo ahora editado en las Investigaciones, en vida sólo publicó dos breves ensayos: Tentativa de explicar al­gunos de los principales fenómenos eléctricos por medio de un fluido elástico [An attempt to explain some of the principal phaenomena of electricity, by means of an elastic fluid, 1771-1772] y la Tentativa de explicar los efectos del pez torpedo [An attemp to explain the effects of the torpedo fish (1775]. El resto se halló después de su muerte, en paquetes cuidadosamente sella­dos, y no se publicó — en parte — hasta 1839. Más tarde (1879) J. C. Maxwell hizo una edición casi completa, con el título de Electrical Researches of the honourable Henry Cavendish, y, por último, de 1921 data la ópera omnia, dividida en dos volú­menes: The Electrical Researches, cuidada por Sir J. Larmor, con prólogo y notas, y los Ensayos de Química y de Dinámica [Chemical and Dinamical Essays], hecha por varios estudiosos.

Cavendish se basó en una teoría de la electricidad análoga a la expuesta por el alemán Aepino (1724-1802) en su Ensayo de una hipótesis sobre la na­turaleza de la electricidad y del magnetismo [Tentamen theoriae electricitatis et magnetismi]. El propio Aepino (y más tarde Priestley) intuyó vagamente que las accio­nes mutuas de dos cargas eléctricas debe­rían ser inversamente proporcionales al cuadrado de sus distancias, por analogía con la ley de la gravitación de Newton. Caven­dish señaló que una exacta determinación matemática de las fuerzas de atracción y repulsión debe constituir la base de toda teoría, y fue el primero que consiguió rela­cionar la ley de distribución de la electrici­dad en un conductor, con la ley de las atracciones inversamente proporcionales a los cuadrados de las distancias. La importante conclusión a que le llevaron sus cálculos fue que «si la atracción y la repulsión eléc­tricas son inversamente proporcionales a los cuadrados de las distancias, casi toda la carga eléctrica del conductor está confinada exclusivamente en la superficie». Hacia fines del mismo año de 1772 y en el siguiente, Cavendish continuó las observaciones expe­rimentales gracias a las cuales comprobó (al menos con gran aproximación) la exac­titud de la ley de las atracciones. En la misma primera memoria, editada por Ca­vendish, encontramos otras cosas interesan­tes, tales como la primera explicación (ele­mental) del conocido molinete eléctrico (construido por E. Kinnerseley en 1761 y por Hamilton en 1760).

En ella aparece el concepto moderno de «potencial» (sólo va­gamente intuido antes por Watson y por Franklin), desenvuelto luego de modo más completo en los póstumos «pensamientos so­bre la electricidad» (Investigaciones, pági­na 95), donde es evidente la distinción entre «potencial» y «carga». Relacionado con este concepto, en la misma memoria aparece el de «capacidad eléctrica» — que debemos es­pecialmente a Cavendish —, también des­envuelto en los «Pensamientos», donde es­tablece que la capacidad de un conductor depende también de la presencia de con­ductores próximos y, finalmente, fija la uni­dad de medida para esta nueva magnitud. A este orden de ideas corresponde otro descubrimiento que anticipa los estudios he­chos más tarde por M. Faraday: «Existe una sensible diferencia en las cargas de los platillos (de condensadores) de las mismas dimensiones, según sean las clases de vidrio empleadas…». Importa notar que el punto de vista de Cavendish se anticipó a su vez al del italiano G. B. Beccaria (en Cartas, Macerata, 1793). La segunda memoria editada por Cavendish (sobre el «torpedo») es tam­bién notable por los importantes conceptos y experimentos sobre la «resistencia», expe­rimentos que hizo adoptando como galva­nómetro su propio cuerpo y midiendo la intensidad de la corriente por la intensidad de la sacudida.

De este modo halló que la resistencia específica de una solución satu­rada de sal marina es 555.555 veces mayor que la de una espiral de hierro recocido; y ésta es, precisamente, la relación entre las dos resistencias específicas a 11°. Anti­cipó también las leyes de la distribución de la corriente entre circuitos en paralelo, ley generalmente conocida con el nombre de Wheatstone, mientras que en otras partes expuso la ley de variación de la corriente eléctrica en circuitos derivados, mucho antes que Ohm (1787-1854). A pesar de la importancia y de la amplitud de sus descu­brimientos, la obra de Cavendish tuvo menor influencia que lo que podría creerse sobre el desenvolvimiento ulterior del pensa­miento científico, a causa de que el propio autor condenó durante mucho tiempo a permanecer inéditas la mayor parte de sus obras y de sus meditaciones, que a nadie confiaba.

U. Forti

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