De William Ramsay (1852-1916). El propio Ramsay nos informa de que en la primavera de 1894, Lord Rayleigh había encontrado que el nitrógeno químico, no preparado por el aire atmosférico, tenía una densidad inferior a la del nitrógeno del aire. Ramsay, buscando con experimentos más minuciosos la explicación de este misterio, halló que la densidad del nitrógeno atmosférico era quince veces mayor que la del hidrógeno, en tanto que la del nitrógeno puro solamente lo era catorce veces. Tras comunicaciones mutuas, los dos científicos asociaron sus esfuerzos, y en agosto de 1894, con ocasión de la reunión de la British Association en Oxford, pudieron comunicar el descubrimiento de un nuevo componente gaseoso de la atmósfera, cuya densidad era 19,9; este gas monoatómico, que rehusaba tomar parte en todas las combinaciones, fue llamado argón; su espectro fue tomado por William Crookes, y sus constantes críticas fueron determinadas en Cracovia por Olezewski, que logró licuarlo.
Al mismo tiempo, Ramsay, habiendo podido obtener treinta gramos de cleveita, logró aislar una nueva raya del espectro, correspondiente a una raya que fue hallada por primera vez por Janssen en el espectro solar, y, según Frankland y Lockier, había que atribuirla a un nuevo elemento existente en el Sol, al que dieron el nombre de «helio». El helio de la cleveita o terrestre, según el experimento de Ramsay, resulta ser monoatómico e inactivo, como el argón, de densidad 2, y por tanto, de peso atómico 4. En septiembre de 1897 tuvo lugar en Toronto (Canadá) la reunión de la Bristish Association, y Ramsay pronunció en ella el discurso inaugural, escogiendo como tema «Un gas desconocido», y predijo la existencia de un gas de densidad 10 y de peso atómico 20, al que se llamó «neón». También por aquel entonces, junto con Travers, descubrieron otro componente de la atmósfera al que dieron el nombre de «cripto», y después un sexto elemento al que llamaron «xeno». En 1903, Ramsay, observando al espectroscopio las rayas obtenidas por emanación del bromuro de radio, mostró sin dejar lugar a dudas que se trataba de helio, y la exactitud de los experimentos le indujo a confirmar que este elemento, helio, se obtenía de otro elemento, llegando a la conclusión de que también los elementos químicos, en determinadas condiciones de excitación, se pueden transmutar entre sí: la nueva química nuclear había nacido, pues, legítimamente y podía casi realizar el sueño de la antigua alquimia.
Entre las numerosas memorias y publicaciones de Ramsay sobre el descubrimiento del argón y de los demás gases constitutivos de la atmósfera, citamos: Ramsay L’helium, «Ann. Chim. et Phys.», 47 p. (13-1898); Extract from air of t. companions of argón et on neón 2 p., «Brit. Ass. Rep.», «Undiseovered gas», 8 p. (1897); Eléments constituents de Vair atmosphérique, «Jour. de Phys.», 3 p. (7, 1898); Gas showing the spectrum of helium, t. reputed cause of Ds one of t. t. lines en the coronal spectrum, London, «Roy. Soc. Prog.», 2 p. (58); Helium, a gaseus constituent of ser. minerals, 13 p. (58 y 59, 1846); Behav. of Argón and Helium when submitted to t. electric discharge, 13 p. (59, 1896); Gaseus const. of cert. mineral subs. and natural waters, 7 p. (60-1897); New constituent of atmosferic air. Companions of argón (63, 67, 1898, 1900). Además de estas y de otras numerosísimas memorias, que atestiguan la actividad investigadora de este científico, en particular en relación con este objeto, véanse: «William Ramsay, The gases of the atmosph». 4.a ed., Londres, 1915), traducida al francés por Georges Charpy (París, 1898), de la primera edición inglesa de 1895, y «William Ramsay H. C. B. Química y químicos, ensayos historico-críticos». Trad. italiana de Clara Guia Lollini (Palermo, 1913); especialmente el capítulo «Notas autobiográficas».
P. Pagnini