Investigaciones Experimentales Sobre la Electricidad, Michael Faraday

[Experimental researches in electricity]. Memoria cientí­fica de Michael Faraday (1791-1867), publi­cada en treinta series en las «Philosophical Transactions» de Londres, desde 1831 a 1855 y luego recogidas en tres volúmenes (Londres. The Electrician, 1839, 1844, 1855). Véase la serie completa en el Diccionario bibliográfico de las ciencias exactas (v.), de Poggendorff, primer volumen (Leipzig, 1863, p. 719). Existen traducciones en fran­cés y en alemán; resúmenes en todos los tratados de electrología y en las historias de la física.

Son investigaciones fundamentales en materia de electroestática, de elec­trodinámica, de electrotermia, de magneto- óptica, de diamagnetismo y de paramagnetismo. Bastará indicar, para comprender su importancia, el descubrimiento de las co­rrientes inducidas y todas las experiencias demostrativas de la primera ley de induc­ción electrodinámica; los efectos de induc­ción debidos al campo magnético terrestre; los fenómenos de autoinducción; las co­rrientes continuas obtenidas por medio de la inducción y la explicación de los efectos de inducción de los fenómenos que entonces se llamaban de magnetismo de rotación; las leyes de electrólisis (la primera ley, en particular, que se debe exclusivamente a Faraday); el descubrimiento de la variación de la capacidad de los condensadores con las variaciones del dieléctrico, los experi­mentos que comúnmente se llaman del pozo y de la jaula de Faraday, el descubrimiento, predilecto del autor, de la polarización rotatoria magnética, y los no menos impor­tantes sobre las descargas de los gases rari­ficados. En estas memorias introdujo Fara­day palabras nuevas, que hoy son ya de uso universal, tales como electrólisis, elec­trolito, electrodos, ion, ánodo, cátodo, equi­valente electroquímico. Las investigaciones de Faraday son experimentales y no van acompañadas de fórmulas matemáticas.

Por eso dijo el gran físico y matemático Max­well, quien continuó y desenvolvió teórica­mente la obra, que en los escritos de Fara­day faltaba la forma, aunque no el espíritu matemático. Idéntica observación ha sido hecha, con razón, a propósito de Volta; pero entre los dos grandes físicos, a pesar de este punto de contacto, hay una diferencia esen­cial que conviene subrayar. Volta es iluminista: experimenta después de haber razonado largo tiempo, de modo que la experiencia puede parecer muchas veces la confirmación de la teoría. Faraday es empirista. Tiene también sus ideas teóricas, pero no son ideas vagas o en embrión, son ideas que en el fondo se reducen al con­cepto de que las diferentes fuerzas físicas deben tener entre sí relaciones íntimas y que deben poder transformarse unas en otras. Faraday busca de ordinario fenómenos aná­logos o recíprocos a los ya conocidos. Así, por ejemplo, el gran descubrimiento de la inducción se debe a la idea de que el mag­netismo debía poder transformarse en elec­tricidad; la polarización rotatoria magné­tica, a la idea de una relación íntima entre el magnetismo y la luz. Estas ideas pueden parecer y han parecido pueriles, pero cons­tituyen el aspecto más superficial del genio de Faraday. Si el físico inglés hubiese sólo tenido las ideas y no hubiera sido capaz de idear, hacer y discutir innumerables ex­periencias, no habría podido realizar sus descubrimientos. La fascinación imperece­dera de las Investigaciones se debe pre­cisamente al sentido experimental que las anima.

S. Timpanaro