Novela de doña Emilia Pardo Bazán (1852-1921), publicada en 1889. Francisca de Asís de Andrade, joven viuda devota y morigerada, a quien la corte discreta del capitán Pardo no había inspirado nunca ningún deseo de contraer nuevas nupcias, conoce en el salón de una amiga a Don Diego Pacheco, un andaluz simpático y desenvuelto, y se deja llevar por él a una fiesta popular dominada por la masa vocinglera y el implacable sol castellano. La muchedumbre la embriaga, el sol la aturde. Diego aprovecha, si se quiere caballerosamente, el momentáneo extravío de la virtuosa viuda, y cuando la insolación ha pasado, Francisca de Asís advierte que ya no puede librarse del hechizo del joven y desenvuelto andaluz, y, después de haber examinado bien todas las inhibiciones de su posición social y de su educación, acaba por ceder al enamorado.
La tesis de la novela es naturalista, pero sólo un lector muy diestro podría advertir cómo esta novela española está emparentada con la de los maestros del naturalismo francés. La fatalidad fisiológica que impele a la protagonista a situarse en violenta oposición con todo su pasado se convierte, por el arte de la gran novelista española, en algo suave y discreto que no contrasta nunca con el pudor y la reserva de un alma bien nacida, un determinismo aceptable hasta para los más tenaces defensores de la libertad de la voluntad humana. Los cuadros populares, que constituyen los escenarios más típicos del simpático idilio, están pintados con admirable sentido .del color y no sin un poco de aquella ironía que hace universales las páginas de Cervantes y los dibujos de Goya.
A. R. Ferrarin