Idilios, de Mosco de Siracusa

Con el título de Idilios [cuadritos] se designa gené­ricamente la producción de Mosco de Siracusa (siglo II a. de C). Sus idilios son imi­tación de los de Teócrito (v. Idilios de Teócrito), pero difieren de éstos por la concep­ción y el sentimiento de la naturaleza. Poco se ha .conservado de la obra de Mosco, pero es suficiente para darnos una idea de su arte: Estobeo cita tres pasajes en hexáme­tros, probablemente poesías completas, la primera de las cuales, que es la más viva y original, contiene una bella comparación entre la vida del mar y la del campo y re­vela en su autor una gracia y una habilidad notables, aunque su sentimiento de la natu­raleza sea algo amanerado; el segundo frag­mento es un cuadrito de carácter epigra­mático y elegiaco; y el tercero trata de la leyenda de Alfeo y Aretusa.

Mejor que estos idilios bucólicos o eróticos le resultan a Mosco los poemas eruditos o mitológicos, que le brindan ocasión de manifestar toda su habilidad de artista. La «Europa» es una minúscula epopeya de carácter netamente helenístico, que relata el rapto de Europa por Zeus transformado en toro, asunto caro asimismo a las artes plásticas; la erudición no ahoga en este poema la emoción ni el sentimiento, de modo que la obrita queda toda impregnada de gracia ligera y revela un vivo amor por lo maravilloso y lo pin­toresco. En el «Eros fugitivo», poema en el cual Venus hace pregonar premios para quien encuentre a Eros, que ha desapareci­do, y que ha sido imitado por Horacio, el Tasso y Ben Jonson, encontramos una ima­gen de Eros bastante original y próxima a la creada por Anacreonte, e inspirada pro­bablemente en alguna de las estatuillas vo­tivas tan frecuentes en aquella época. Otro epilio es el titulado «Mégara», ha sido atri­buido a Mosco, pero sin fundamento segu­ro; y ciertamente no es de él el «Epitafio de Bión», escrito por un poeta de la época de Sila que se declara itálico y que tiene características particulares, como un énfasis y un ímpetu muy distintos del tono siem­pre mesurado y acompasado de Mosco.

En conjunto la poesía de Mosco, netamente in­ferior a la de Teócrito, revela una fina intui­ción al hacer revivir escenas y sentimientos que habían sido propios de la edad de Teócrito, pero que, por las distintas circuns­tancias del tiempo, estaban ya en su ocaso. Usa el dialecto dórico en el «Eros» y en los poemas bucólicos, el jónico en la «Europa» y en un epigrama que también se le atri­buye. Los fragmentos, tanto los auténticos como los apócrifos, han sido traducidos al italiano por G. Leopardi. [Trad. española en verso por Ignacio Montes de Oca y Obregón (Ipandro Acaico) en el volumen Poetas bucólicos griegos (Madrid, 1888)].

C. Schick