Idearium Español, Ángel Ganivet

Obra del escritor español Ángel Ganivet (1865-1898), publica­da en 1897. Es una breve colección de ensa­yos y de reflexiones en que se buscan las causas de la decadencia nacional española. Se divide en tres partes. La primera traza un cuadro de la España histórica, religiosa, artística, y caracteriza su paisaje espiritual; la segunda ilustra la posición histórica y política de España frente al mundo mo­derno; la tercera indica.las causas del actual marasmo y propugna la formación de una nueva conciencia nacional. Los pensamien­tos, concebidos por el autor como una guía para la determinación de la historia española futura, han resultado en realidad — y no podía ocurrir de otra manera — solamente un criterio claro e inteligente para entender la historia de España. Muchas de las má­ximas recogidas tienen el valor que en otro campo poseen los aforismos de los moralistas franceses, que aunque contienen verdades, son verdades siempre provisionales y con­trovertibles; otras apuntan unas meditacio­nes de carácter absolutamente personal, que sólo se imponen al lector por el arte con que son formuladas; otras, en fin, revelan una penetración en los hechos de la historia del pueblo español, que nadie había inten­tado antes de Ganivet y que después de él sólo Unamuno y Ortega y Gasset supieron igualar. Particularmente interesantes son en el Idearium Español la intuición, con que hace del estoicismo senequiano la filosofía natural del pueblo español, la identificación del carácter hispánico con el catolicismo, la distinción entre pueblos guerreros y pueblos militares y el descubrimiento de que la improvisación es el carácter peculiar de la actividad española, tanto en el campo artís­tico como en el práctico. El pensador, que considera la historia de su pueblo a la luz de unas ideas sencillas y fundamentales, va siempre parejo, en este libro, con un escritor claro, conciso y elegante. Por tales características y por su inquietud espiritual, Ganivet parece el padre directo de la lla­mada «generación del 98».

A. R. Ferrarin