Sátira poética latina en trescientos veintidós dísticos elegiacos, que ha llegado completa hasta nosotros, escrita en el destierro por Publio Ovidio Nasón (44 a. de C.-17 d. de C.), contra una persona a quien no nombra, y que en Roma lo perseguía renovando siempre el recuerdo de la culpa que le había valido el destierro y hasta intentando apoderarse de su patrimonio. Ovidio no sólo tomó el título de Calimaco sino que también imitó el género de poesía en oscura y docta vestidura mitológica, y a menudo repitiendo las mismas imprecaciones de Calimaco. La interminable letanía de desgracias invocadas sobre la cabeza del adversario, es más un juego de la fantasía recreadora de artificios estilísticos que la explosión del odio profundo del poeta.
F. Della Corte