Historias Florentinas del Año MDXXVII al MDLV, Bernardo Segni

[Istorie fiorentine dall’ anno MDXXVII al MDLV]. Escritas por Bernardo Segni (1504-1558), en 15 libros, no fueron publicadas hasta 1723, en Augsburgo. G. Gargnani, en 1857, publicó una edición más cuidada e integral, sin las lagunas de las anteriores, debidas a miramientos políticos y a las censuras papales. El autor, aun aceptando el principado de Cosimo I, no renunció a su libertad de juicio y a sus simpatías republicanas, prefiriendo mante­ner oculta y manuscrita su obra. Los primeros cuatro libros tratan de los sucesos de Florencia durante el sitio, y tienen valor de fuente histórica, pues el autor fue testigo de los hechos, como íntimo que era de Niccoló Capponi, tío materno suyo. Aunque sienta simpatía por los héroes de la libertad florentina, juzga imparcialmente sus erro­res y atribuye las derrotas a las discordias internas: «con estos entretenimientos de los florentinos se divertía entonces Italia, que se reía de nuestros partidos, mientras el em­perador los aprovechaba en beneficio de su propia grandeza».

La narración, prolongada hasta la caída de Siena e interrumpida so­lamente por la muerte (1558) del autor, se ensancha para comprender los acontecimien­tos italianos y europeos que influyeron sobre el destino de Florencia; la importancia asu­mida por los hechos exteriores es un índice de la decadencia de la ciudad y de la Tos- cana, que con el retorno de los Médicis y con el reinado de Cosimo I se había conver­tido en un estado vasallo de Carlos V. La moderación de juicio de esta historia, el estilo claro y algo frío, producen una cierta aridez, y el fin literario del humanista pa­rece prevalecer sobre el político. Sin embar­go, no faltan las consideraciones sobre los daños de la guerra en Europa, contra los que Segni propugna el predominio de un único príncipe (aunque sea el Gran Turco con­vertido), ni las lamentaciones sobre las dis­cordias que inhabilitan a los pueblos, por enemigos que sean de la servidumbre, para vivir libremente. Sobresalen los retratos de Niccoló Capponi, Filippo Strozzi, etc.

P. Onnis