[Histoire religieuse de la Révolution française]. Obra en cinco volúmenes, de Pierre de la Gorce (1846-1934), publicada entre 1909 y 1923. Es una historia de las vicisitudes de la Iglesia Católica francesa desde principios de la Revolución hasta el concordato de 1801. El autor divide esta época en cuatro períodos.
El primero comprende la supresión de los privilegios y de las órdenes religiosas y la constitución civil del clero; en el segundo período se anuncia la persecución legal, y con las matanzas de septiembre se inicia la acción directa popular; en el tercer período, el de la revolución sangrienta, ve a los sacerdotes fieles o encarcelados y atormentados, o combatiendo en la Vendée, y el culto no conformista mantenido en secreto a costa de mil riesgos, mientras el oficial está dominado por los nuevos cultos de la Razón y del Ser Supremo; el cuarto período señala el renacimiento que se aprovecha primero de una precaria tolerancia, interrumpida por violentas persecuciones, durante los gobiernos de Termidor y del Directorio. Finalmente el concordato establece la paz religiosa, después de laboriosas tentativas a cuyo desarrollo está dedicado el quinto volumen de la obra. El estudio está llevado con probidad, sobre un enorme material informativo, que permite una representación viva y literariamente lograda de los ambientes, hechos y hombres, y penetra agudamente en la crisis de las conciencias.
Los sucesos revolucionarios en relación con la religión son estudiados no sólo en París, sino en toda Francia, y la narración toma pintoresco relieve con el fondo de las costumbres y ritos de las diversas provincias y por el carácter religioso de las antiguas ciudades. El autor, aun colocándose abiertamente en el punto de vista católico, no deja de señalar las causas que en el mismo clero y en las poblaciones explican la crisis de la Iglesia francesa, y se esfuerza en ser imparcial; con todo, de la obra resalta, naturalmente, más el cuadro doloroso de las persecuciones que la obstinada resistencia de la Iglesia contra las reformas políticas que atrajo aquellas persecuciones. Ofreció, de todos modos, fuertes argumentos a la opinión de los historiadores que, aunque de opuesta y distinta orientación, juzgaron inoportuna y dañosa la política religiosa de la Revolución.
P. Onnis