[Natürliche Schöpfungsgeschichte]. Obra del biólogo alemán Ernst Haeckel (1834- 1919), publicada en 1868. Es uno de los primeros trabajos del autor y se inspira en las investigaciones biológicas de Darwin.
La teoría de la evolución, a la que Haeckel se adhiere y que abre el camino a una consideración mecanicista de la naturaleza, incluso en el mundo de los seres vivos, permite el esbozo de una «historia de la creación natural», o sea, de una teoría que, renunciando a las explicaciones teológicas y teleológicas, haga comprensible el origen de los organismos partiendo de causas naturales. La exposición de la teoría va precedida de un cuadro de sus premisas históricas, de Linneo a Darwin, en cuyo centro aparece la discusión del concepto de la especie. Como condición necesaria para la formación de especies nuevas se exige la transmisión por herencia de las cualidades adquiridas. En su ley fundamental biogenètica (la evolución ontogenética repite sustancialmente la evolución filogenètica) Haeckel ve una de las pruebas más importantes de la teoría de la evolución. Mediante la hipótesis de la generación espontánea es superado el abismo existente entre los seres vivos y los inanimados. La descendencia es la razón de la afinidad de las formas, en la que se basa el sistema natural de las plantas y de los animales.
La colección de árboles genealógicos, incluso para los grandes grupos de organismos, choca con graves dificultades por insuficiencia de material demostrativo paleontológico, ontogenético y anatómico comparado; no obstante, Haeckel emprende una primera tentativa, cuyo carácter hipotético es reconocido por el propio autor. En dicho intento, el origen de los seres vivos más simples, es decir, de las móneras, organismos constituidos por un coágulo de plasma, se atribuye a la generación espontánea, mientras que todos los demás organismos vienen a ser derivados de aquéllas. En cuanto a la antropogénesis, la teoría de la evolución conduce a afirmar que el hombre desciende de una serie de primates hoy desaparecida. Las razas humanas se han formado mediante la diferenciación de una sola especie del hombre primitivo. Aunque este origen del hombre no pueda ponerse seriamente en duda, el árbol genealógico se va mostrando tanto más hipotético cuanto más se empeña en penetrar en los detalles. Esta obra, no menos que tantas otras de Haeckel, ha sido objeto de diversas críticas, tanto por parte de los filósofos como de los científicos. Sin embargo, por su extraordinaria divulgación contribuyó a despertar un vivo interés general por la teoría de Darwin, hasta entonces poco conocida.
O. Abate