El mismo año (1688) en que salió de las prensas en Amberes la Historia general de las conquistas del Nuevo Reino de Granada moría en su sede episcopal de Panamá el autor, Lucas Fernández Piedrahita.
Criollo de Santa Fe (1624), nieto de conquistadores y biznieto de una princesa real del Perú, supo captar la reciente historia de su patria, indígena e hispana. Ocasión afortunada fue la de hallar en Madrid los manuscritos del Compendio historial de Jiménez de Quesada y la parte IV de las Elegías de J. de Castellanos. Con fuentes tan valiosas construyó su Historia en doce libros, que ofrece un completo cuadro del reino de los chibchas antes de la Conquista, en el cual irrumpe el tropel gallardo de los españoles que combaten y sojuzgan a los naturales, fundan ciudades y establecen el Nuevo Reino de Granada. El relato propiamente dicho abarca- desde el comienzo del reinado de Saguamachica (1470), cacique de Bogotá, hasta la llegada del primer presidente de la Audiencia, Venero de Leiva (1563). Las empresas de Quesada forman el núcleo de la narración. La segunda parte de la Historia (no escrita o desaparecida) había de llegar hasta 1630.
El autor no se atribuye más mérito que el de «haber reducido a cómputo de años y a lenguaje menos antiguo» lo escrito por los autores que cita. Con la pérdida del Compendio de Quesada el valor de este libro ha crecido enormemente. Por otra parte, su obra representa un grado de elaboración y de calidad literaria de que carecen los cronistas anteriores. El tono es elevado, noble el desempeño, la intención sentenciosa. Piedrahita es ante todo un estilista. Dignifica la humilde materia con un tratamiento a lo Tácito: descripción con pinceladas rápidas y vigorosas de costumbres primitivas; discursos retóricos en boca de capitanes españoles y reyes indígenas… La preocupación reconstructora se refleja en su mismo concepto de la historia: «pues no siendo lo verosímil opuesto a lo verdadero, cuando es consiguiente a las causas que antecedieron, se hallará tan lejos de oscurecer la verdad que en vez de viciarla la deje acreditada». En 1881 Medardo Rivas sacó esta obra de la rareza en que había caído, haciendo una edición sobre la príncipe de J. B. Verdussen, con prólogo de M. A. Caro. Ha sido reimpresa en cuatro tomos por la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana (1942).
J. M. Rivas Sacconi