Historia del Reino de Napoles, Pietro Colletta

[Storia del reame di Napoli]. Obra histó­rica en la que Pietro Colletta (1775-1831), que había sido gobernador general de Si­cilia y más tarde ministro de la Guerra, des­pués de las convulsiones de 1820-21 amplió la narración de los sucesos políticos expues­tos en sus Pochi fatti di Gioachino Murat (1820) y en su Memoria sulla campagna del 1815. Se empezó en 1823 y, publicada póstuma por Gino Capponi en 1834, levantó vivas protestas. El canon histórico en el que el autor se inspiró era ya de por sí suficiente para atraerse antipatías. «La his­toria así escrita — dice Collètta — constitu­ye un drama de la especie humana, que a través de verdaderas acciones lleva al des­cubrimiento de una catástrofe; demuestra las virtudes y los vicios de los autores; pre­mia y castiga in aeternum; alecciona o de­leita». Pero, además, el autor anda por caminos peligrosos, y el deseo de librarse de las muchas calumnias que las envidias y las malevolencias le habían echado con frecuencia en cara, le impulsó a acusar a su vez a sus acusadores.

Dividida la vasta materia en diez libros y expuesta a modo de introducción en los dos primeros los acontecimientos desde 1735 al 1790, en los ocho restantes se extiende en una amplia exposición llena de recuerdos personales y de un conocimiento directo de los hom­bres y de las fuerzas que le impulsan a la acción. Si bien el autor asegura en el pre­facio que se ha «llenado de polvo en los archivos», tuvo muy pocas ocasiones para llevar a cabo una investigación cuidadosa, tan difícil para él, exilado y sospechoso para el restaurado absolutismo borbónico. Esta dificultad de comprobar sus propios recuerdos con documentos oficiales multi­plicó los errores. A pesar de ello, la Historia de Colletta es una obra de arte que se im­pone a la admiración. Lo correcto del len­guaje va acompañado de un estilo robusto, bastante lejano del «fastuoso» y «vencedor», que Colletta deploraba en Botta, en su co­rrespondencia con Leopardi.

G. Franceschini

Admirable y dignísima de vida inmortal, elaborada por Colletta con ánimo magnífico. (Giordani)

Pocos escritores logran esculpir en su obra la efigie de su alma, como la de Colletta está esculpida en su Historia. En ella, todos los pensamientos de su vida, los afectos, los dolores y las esperanzas están comprendi­dos, además de los designios de una fe indomable y todos los ídolos de su mente… La seguridad que aparece en el libro era la seguridad de todas sus palabras, ese no sé qué de imperativo de su estilo lo tenía él, por naturaleza, impreso en su rostro y en todo su porte; era un estilo propiamente suyo, seguro, espontáneo, necesario; nunca hubiera podido escribir o decir una palabra de la que él no llevase, por completo, la impronta. (Capponi)

Respecto a Botta, Colletta es más vigo­roso, pero uno y otro han hecho el mismo ruido al caer; el pedestal elevado por sus contemporáneos les ha sido quitado y sus estatuas han caído… En esta historia hay un contenido mal elaborado, frágil, mal es­tudiado, que carece en absoluto de una pro­funda labor analítica. (De Sanctis)