[Histoire de l’Art depuis les premiers temps chrétiens jusqu’à nos jours]. Extenso manual de historia del arte, publicado en París, a partir de 1905, bajo la dirección de André Michel (1853-1925). Terminado en 1929, con la colaboración de otros cuarenta investigadores, en su mayoría franceses, abarca el total desenvolvimiento del arte europeo desde fines de la Antigüedad clásica en adelante. Los ocho tomos en que está dividida la obra (en conjunto comprende diecisiete volúmenes de texto y uno de índice) están dedicados respectivamente al arte cristiano, desde sus principios al período románico; a la formación, expansión y evolución del arte gótico; al realismo en el arte europeo y a los comienzos del Renacimiento; al Renacimiento en Italia y su difusión en los países latinos; al Renacimiento en alemania y en los países del Norte y a la formación del moderno clasicismo; al arte europeo en los siglos XVII y XVIII; y al arte en Europa y sus irradiaciones en las dos Américas, durante el siglo XIX y comienzos del XX. Cada uno de los volúmenes, provisto de una extensa documentación gráfica y bibliográfica, está subdividido en partes, libros y capítulos, encomendados a autores distintos.
A pesar de este criterio especialista, impuesto por el gran desarrollo moderno de la historia del arte y por la imposibilidad de que un solo investigador dominase todas las ramas de la disciplina, la obra tiene un carácter unitario, merced a la acción coordinadora de Michel, a quien se deben el plan general y varios capítulos de introducción y conclusión. Metodológicamente, la Historia del Arte no ofrece una fisonomía bien definida; en general, prevalece en ella una orientación ecléctica, que si bien adolece todavía de las fórmulas y teorías del positivismo tainiano, deja un margen bastante amplio a tendencias historiográficas más modernas y fecundas. Es una obra de síntesis que intenta ilustrar en sus principios, caracteres y desenvolvimiento «todas las formas y combinaciones de formas sugeridas a los artistas en el transcurso del tiempo, por la sucesión de los programas sociales, la diversidad de los problemas y de las soluciones técnicas, la evolución de los ideales, del sentimiento y de la visión — sin cesar renovados — de la naturaleza y de la vida»; la Historia de Michel debe considerarse como una clara y ordenada exposición resumida, desde un punto de vista francés, de los modernos conocimientos en la materia, más que como una interpretación original orientada de acuerdo con un riguroso criterio de método, de la historia del arte europeo. Los capítulos dedicados al arte italiano, redactados con claridad, aunque no exenta de parcialismo, pueden considerarse superados en parte por los más recientes estudios.
G. A. Dell’Acqua