[Rerum Sicularum Historia]. Obra de Malaspina Saba, que vivió en el siglo XIII, compuesta bajo el pontificado de Martín IV y dedicada al Colegio de Cardenales. La narración, mitad crónica y mitad historia, abarca los treinta y cinco años que van desde la muerte de Federico II a la de Carlos de Anjou (1250-1285); el horizonte queda circunscrito con el propósito de referir «hechos no ambiguos, sin mezcla de relatos inverosímiles, sino sólo creíbles, verdaderos y que fueron vistos o pudieron haberlo sido, de dominio público». Ninguna investigación crítica, ninguna tentativa de ascender de los hechos a las causas más generales o remotas. Refiere de modo detallado la versión de la responsabilidad de Manfredi en la muerte violenta de Conrado, hijo y sucesor de Federico; reproduce largos discursos que antes de la batalla pronunciaron Manfredi, Carlos de Anjou y Conradino, y en ello y en la descripción de las vicisitudes, pugnas, estragos, desolación y crueldad de los vencedores, la preocupación de la imitación. retórica clásica parece prevalecer sobre el programa de fidelidad y de sobriedad anunciados.
En general es notable que el autor, aunque decididamente güelfo, muestre la misma imparcialidad hacia Manfredi que hacia Carlos y Conradino y sus secuaces; todos ellos son saqueadores, ávidos y violentos, como también son viles las poblaciones que sucesivamente los acogen con fiestas y agasajos; eso hacen los romanos con Carlos y luego con Conradino. Está patéticamente presentada la decapitación de Conradino, pero sin aludir a su legendaria dramatización. La gesta de Carlos en Italia para que renazca el gibelinismo, especialmente toscano, y sus éxitos militares en Albania y en Acaya no disimulan los agravios y las opresiones a las poblaciones ni la sofocante presión tributaria en Sicilia. Sobre un episodio de la misma se interrumpe la narración, que en la edición de Graevius (Thesaurus Antiquitatum et Historiarum Siciliae, etc., 1704- 1705) como en la de Muratori (Rerum italicarum scriptores, v.) termina en 1276 aproximadamente. Por el breve período narrado, la Historia de Malaspina es una de las fuentes más acreditadas por el conocimiento directo de los acontecimientos, de algunos de los cuales fue testigo, y especialmente por su familiaridad con la Roma del siglo XIII, donde nació y vivió largo tiempo.
G. Pioli