[Historia calamitatum Abaelardi]. Es una larga carta escrita por Pedro Abelardo (1079-1142) a un amigo desconocido (que algunos consideran ficticio) entre su primera y segunda estancia en la abadía de San Gildasio, en Bretaña, de la que era abad: probablemente hacia 1136. Fue publicada por Cousin en Petri Abaelardi Opera hactenus inédita (1849-59). Abelardo nos da el relato apasionado y minucioso de toda su vida, empezando por la infancia, con todos los detalles de su amor hacia Eloísa y las vicisitudes amorosas que lo acompañaron y siguieron, de las penalidades sufridas por obra de sus implacables adversarios y de los turbulentos monjes de San Gildasio, de la condena de Soissons, sin omitir la confesión sincera de sus defectos, entre los cuales fueron los principales el orgullo y la vanidad. El temperamento dialéctico y polémico de Abelardo se revela también en sus ataques mordaces dirigidos de tarde en tarde a sus detractores, así como en el análisis sutil de sus emociones, que es a su vez fuente de nuevos sufrimientos. Es ciertamente uno de los documentos íntimos más originales, cuya importancia reside, además de ponernos ante la atormentada alma de este tenaz filósofo, en ser la única fuente de datos seguros sobre su vida, y en haber dado involuntariamente el arranque para el epistolario entre Abelardo y Eloísa, superiora del monasterio de Paracleto que, al enterarse por casualidad de «esta carta llena de hiel y de ajenjo», como la definió, presa de súbita y viva emoción, escribió la primera, después de tantos años de silencio, al esposo nunca olvidado (v. Epístolas de Abelardo y Eloísa).
M. Venturini