[History of the Navy of the United States of America]. Obra del novelista norteamericano James Fenimore Cooper (1789-1851), editada en dos volúmenes en 1839. Es trabajo de compilación muy vasto y minucioso, en el cual, sin embargo, emergen a trechos las dotes de narrador de Cooper y su capacidad de trazar a grandes líneas un cuadro histórico bastante complejo. La escasa e irregular escuadra de los insurgentes en la guerra de la Independencia, con sus variables vicisitudes, constituye el germen del que surgirá mucho más tarde una marina de guerra americana regular. Como aquella escuadra tuvo notable eficacia en perjudicar el comercio transatlántico de Inglaterra y obstaculizar los movimientos de los transportes militares de la madre patria, justamente se atribuye a aquellas pocas naves casi corsarias una parte del mérito por el éxito de la campaña y por su feliz conclusión, en 1783, con la declaración y el reconocimiento de la independencia. La nueva República no se apresuró, por otra parte, a crearse una marina de guerra regular, porque había de enfrentarse con graves e inmediatas dificultades financieras y también por innata desconfianza de los antiguos colonos hacia las actividades militares de todo género.
Sin embargo, cuando el rey de Argel, en 1785, y Jusuf Caramanli, soberano de Trípoli, en 1801, pusieron impuestos a los buques mercantes americanos e hicieron prisioneras a parte de sus tripulaciones, la exigencia de una acción de guerra comenzó a dejarse sentir. En 1794 se obtiene la primera ley del Congreso, que autoriza al Gobierno a construir y armar una flota regular de seis fragatas. La guerra de Trípoli duró tres años, con alterna suerte, y el bloqueo de la ciudad no consiguió el resultado favorable que habían esperado los norteamericanos. El sucesivo conflicto con Inglaterra (1812-15) confirma a los dirigentes de la Confederación en la necesidad de desarrollar las fuerzas navales, las cuales adquieren mayor amplitud y regularidad organizadora. La obra de Cooper se termina con la historia de este conflicto. El ardiente patriotismo de Cooper no le impide mostrar objetividad en el relato de estas vicisitudes y luchas, ni falta en él una notable sensibilidad para los problemas navales en general. Muchas páginas del trabajo, sin embargo, tienen un carácter meramente cronístico.
C. Pellizzi