Historia de la Literatura Inglesa, Philip Sidney

Un primer ensayo de valoración crítica retrospectiva se encuentra en la Defensa de la poesía (v.) de sir Philip Sidney (1554- 1586), probablemente escrita en 1580 y pu­blicada póstuma en 1595. Provocada por un violento ataque de Stephen Gosson contra el teatro contemporáneo (la «School of Abu­se» 1579), la obrita de Sidney, aunque ba­sada en un carácter polémico, de exaltación del poeta en la sociedad, alcanza una dis­cusión crítica del estado de la poesía inglesa en tiempos de Sidney, partiendo de Chaucer; discusión, por supuesto, incidental y fragmentaria, pero que representa, sin em­bargo, una novedad para su época.

Poco más de un catálogo de autores es el Theatrum Poetarum de Edward Phillips (1630- 1696?), sobrino de Milton: el volumen tiene, sin embargo, importancia, porque se con­sidera que refleja la cultura y las opiniones del mismo Milton. Carácter de repertorio erudito, aunque de proporciones infinita­mente más amplias, tiene también la pri­mera historia de la literatura inglesa, la Historia de la poesía inglesa del siglo XI al XVII (v.) de Thomas Warton (1728-1790), publicada en Londres en tres volúmenes en los años 1774-1781. Warton, profesor de poe­sía en Oxford, nombrado poeta laureado en 1785, es una de las figuras más notables del prerromanticismo, sobre todo por su valoración de la arquitectura gótica conte­nida en las Observaciones sobre la «Reina de las Hadas» de Spenser (v.), publicada en 1754. Más que trazar una historia pro­piamente dicha de la poesía inglesa, War­ton examina gran cantidad de obras me­nores que con infatigable erudición entre­saca de manuscritos y libros raros, espe­cialmente de los que llama «los períodos más obscuros de la historia de nuestra poe­sía», pues su finalidad es, sobre todo, mos­trar el gradual perfeccionamiento de dicha poesía. La obra empieza en el siglo XI, pero no va más allá de fines del XVI. La mejor edición es la publicada al cuidado de W- Carew Hazlitt, Londres, 1871, en cuatro vo­lúmenes.

De muy distinto nivel crítico, aun­que concebida desde un punto de vista uni­lateral, son Las vidas de los poetas (v.) de Samuel Johnson (1709-1784), editadas en 1770-1781. Los términos de la obra fueron fijados por los libreros ingleses, que en 1777 invitaron al doctor Johnson a preparar una serie de noticias biográficas para una edi­ción de los poetas ingleses que habían pro­yectado: originariamente la obra tenía que incluir todos los poetas ingleses empezando por Chaucer, pero luego se tomó como pun­to de partida a Abraham Cowley, conside­rado como típico representante de la es­cuela «metafísica», es decir, de la fantasía barroca contra la que reaccionaba Johnson, cuyo punto de vista, inspirado en las reglas clásicas y en el sentido común, sería poco interesante si no lo envolviese todo la per­sonalidad de Johnson, moralista, psicólogo e historiador de costumbres, además de crí­tico literario. Johnson habla de cincuenta y dos poetas y desecha — indicio característico del gusto de la época — a figuras de primer plano, como Herrick y Marvell, mientras incluye nombres de cuarto o quin­to orden; juzga con imparcialidad y sin concesiones al rango, pero desaprueba los atrevimientos y no presiente la nueva sen­sibilidad romántica que iba madurando con los años: así su juicio sobre Gray y sobre Collins carece de simpatía. En todo caso, da pleno relieve a la vida y al carácter del hombre antes de pasar a discutir los ver­sos, de modo que la obra forma una serie de cuidados retratos que por su solidez y colorido hacen pensar en los retratos pinta­dos por los grandes pintores ingleses de la misma época.

Completamente distinto es el punto de vista de los críticos románticos que, resumiendo los monumentos y ponien­do de relieve los méritos de la antigua li­teratura inglesa, prepararon los fundamen­tos de la historiografía literaria del XIX. Ya Joseph Addison (1672-1719), en los en­sayos 70, 74 y 85 del «Spectator» (v.), dio un curioso anticipo de la transformación del gusto que había de tener lugar en la segunda parte del siglo, con su apreciación de la antigua poesía popular (las baladas de Chevy Chase (v.) y de los Niños en el bosque (v.); en 1765, Thomas Percy había publicado sus «corpus» de antigua poesía popular, Reliquias de antiguas poesías in­glesas (v.); en 1775, Thomas Tyrwhitt, con su edición de los Cuentos de Canterbury (v.) de Chaucer (a los que siguieron en 1778 un glosario y un estudio de las obras del poeta), presentó al primer representante de la poesía inglesa bajo su verdadero as­pecto, permitiendo disfrutar la armonía de sus versos, cuya clave se había perdido.

Empeño de los grandes críticos románticos Samuel Taylor Coleridge (1772-1834), Char­les Lamb (1775-1834) y William Hazlitt (1778-1830) fue el revelar en toda su gran­deza la edad isabelina y exaltar la fuerza de Shakespeare; Coleridge, que había apren­dido mucho de los críticos alemanes — Lessing, Schlegel y J. P. Richter —, en las con­ferencias y observaciones que recogió en Lectures and Notes on Shakespeare and Other English Poets (Londres, 1883); Lamb, en los Ejemplos de poetas dramáticos in­gleses que vivieron en torno a la época de Shakespeare (v., Londres, 1808), antología de dramaturgos isabelinos comentada con notas críticas y estéticas, notas por lo ge­neral bastante breves pero vibrantes de nueva sensibilidad; Hazlitt, en la serie de conferencias y ensayos reunidos bajo el título de Caracteres de las obras de Shakes­peare (1817), Personajes sobre poetas in­gleses, 1819 (v.), Conferencias sobre la literatura dramática de la época isabelina, 1820 (v.). Éstos crearon los cánones de la crítica romántica en la que había de inspirarse todo el siglo, con su valoración exclusiva de las cualidades fantásticas, su concepción del poeta como un ser sobre­humano más próximo a los fenómenos de la naturaleza que a la raza humana, y su condena como «artificial» de toda la lite­ratura que no se adaptara a dichos cánones.

De la Ilustración del XVIII y del romanti­cismo se resiente al mismo tiempo la Storia critica della poesía inglese (en italiano) de G. Pecchio (Lugano, Ruggia, 1833-35, 4 vo­lúmenes), recopilación derivada en parte de Warton, y en parte de otras fuentes: co­mienza con el período anglosajón (es de los primeros en hablar de Beowulf, v., en Italia) y llega hasta el siglo XVIII. La pri­mera historia de la literatura inglesa ver­daderamente importante fue escrita por un extranjero: la Histoire de la littérature an- glaise de Hippolyte Taine (1828-1893), cu­yos cuatro primeros volúmenes fueron publicados en 1864 y el quinto en 1872 (9.a edición, revisada y aumentada con un índi­ce bibliográfico a cargo de J. J. Jusserand, 1891, 15.a ed., París, Hachette, 1921). Es un clásico de la historiografía del siglo XIX y de la literatura crítica francesa; es tam­bién un curioso documento de la concep­ción positivista, donde el genio y la dege­neración confinaban; de modo que los au­tores están vistos bajo una luz cruda, casi caricaturesca. Tres factores principales dan cuenta de un escritor: el clima, la raza y el momento histórico; factores que Taine ilustra viva y pintorescamente, de modo que sus páginas (es célebre la «Introduc­ción») se leen todavía hoy con gusto como obra de fantasía si no como fuente de se­guras informaciones. Más interesado en ver perfectamente encarnadas sus premisas que en el valor efectivo de la obra de arte, Taine da un retrato gigantesco de Byron, en quien cree advertir un producto ideal del clima y de la raza, y relega a segundo o tercer término a Coleridge, a Wordsworth y a Keats.

Desde su aparición, la obra de Taine tuvo que enfrentarse con durísimas críticas: son inapelables las lanzadas con­tra su método por Sainte-Beuve (Nuevos Lunes, v., tomo VIII), especialmente sobre la teoría de que la obra de arte es la ex­presión de la edad en que nace. La historia de Taine se divide en las siguientes partes: I, Edad Media y Renacimiento; II, Teatro del Renacimiento: Shakespeare. El Rena­cimiento cristiano en la Reforma: Milton; III, La Restauración y la Edad Augusta; IV, De Swift al Romanticismo; V, Los gran­des Victorianos. En Sainte-Beuve trató pre­cisamente de inspirarse uno de los más eminentes críticos Victorianos, Matthew Arnold (1822-1888), quien en su serie de Ensayos críticos, 1865-1888 (v.), trató de va­lorar la literatura inglesa desde un punto de vista que superase el insularismo de sus compatriotas: compara continuamente a los grandes poetas ingleses con los grandes poe­tas del Continente: franceses, italianos y alemanes; sus puntualizaciones sobre Words­worth y Byron señalan importantes des­arrollos en la historia del éxito de dichos poetas en Inglaterra, mientras su juicio so­bre Shelley carece de simpatía. Al destacar méritos y defectos, sin embargo, la crítica de Arnold carece de la finura y el olfato de Sainte-Beuve y alguna vez alcanza el nivel de una calificación escolar.

Muy pocos ele­mentos constructivos pueden sacarse de la voluminosa producción crítica de A. C. Swinburne (1837-1909), que versa principal­mente sobre Shakespeare y sobre los dra­maturgos menores isabelinos; es notable, sin embargo, su ensayo sobre Blake (Lon­dres, 1868), que contribuyó a la revaloración de este olvidado y gran prerromántico. De 1877 a 1893 aparecieron en Berlín y luego en Estrasburgo los tres volúmenes de la Geschichte der englischen Literatur de Bernhard Ten Brink, que sólo llegó a la mi­tad del XVI (segunda edición, cuidada por A. Brandl, Estrasburgo, 1899): con esta obra y con el otro volumen, Chaucer, Estudios para la historia de su desarrollo y para la cronología de sus obras [Chaucer, Studien zur Geschichte seiner Entwicklung und zur Chronologie seiner Schriften], Münster, 1870), Ten Brink se constituye en uno de los autores fundamentales sobre Chaucer y su época. De 1887 a 1896 apareció una History of English Literature en cuatro vo­lúmenes, cada uno asignado a un literato de clara fama: I, The History of Early En­glish Literature de Augustus Stopford Brooke, 1892; II, A History of Elizabethan Li­terature de George Saintsbury, 1887; III, A History of 18th Century Literature (1660- 1780) de Edmund Gosse, 1889; IV, A History of 19th Century Literature (1780-1895) de George Saintsbury, 1896; esta obra carece de organicidad metódica y, aunque debida a personas de gusto, puede considerarse superada.

Manuales de consulta útiles en su época fueron la Geschichte der englis­chen Literatur de Richard Wülker (Leipzig y Viena, 1896, seg. edic., 1906-1907); Grun­driss der englischen Literatur de Gustav Körting, Münster, 1887, quinta edición, 1910, con abundante bibliografía; la historia de la literatura anglosajona e inglesa medieval de Alois Brandl para el Grundriss der germanischen Philologie de Hermann Paul, 1893 y 1908. En la tradición de Taine, pero sin los supuestos positivistas, con método histórico más sutil y concreto, está llevada la Histoire littéraire du peuple anglais del diplomático J. J. Jusserand (París, 1894-1904, segunda ed., 1894-1911): como puede deducirse de su título, se da mayor impor­tancia al fondo cultural de las obras de arte: la obra trata de ser una historia de la vida de la nación, estudiada a través de la literatura y de las manifestaciones del pensamiento filosófico, religioso, etc.; se da, como en Taine, pleno relieve a la historia éticopolítica. Un ulterior desarrollo de la misma tendencia puede observarse en los dos volúmenes de B. Sprague Alien, Tides in English Taste (1619-1800), A Background for the Study of Literature (Harvard University Press, 1937), donde francamente se declara el carácter historicocultural de la obra, sin ambigüedades de título (la de Jusserand no es una historia literaria pro­piamente dicha, conducida con criterio es­tético).

La obra de Jusserand, incompleta, consta de dos partes: I, De los orígenes hasta el Renacimiento; II, Del Renacimien­to hasta la guerra civil; es decir, hasta cerca de la mitad del siglo XVII. Del mismo autor existe un compendio general: Histoire abregée de la littérature anglaise (París, 1896). En 1895 apareció el undécimo y úl­timo tomo de la obra de Henry Morley, Escritores ingleses: Tentativa de historia de la literatura inglesa [English Writers: An Attempt towards a History of English Literature]; el primer volumen apareció en Londres en 1887; ya en 1864, Morley había dado un ensayo: Escritores ingleses; los es­critores antes de Chaucer: con un bosquejo a modo de introducción de los cuatro pe­ríodos de la literatura inglesa [English Writers; The Writers before Chaucer; with an Introductory Sketch of the Four Periods of English Literature]; este trabajo quedó’ incompleto en 1867, en la parte I del vol. II (De Chaucer a Dunbar). También la obra mayor quedó incompleta por la muerte del autor (1894): el contenido de los once vo­lúmenes es el siguiente: I, Desde los inicios a Beowulf; II, De Caedmon a la conquista normanda; III, De la conquista a Chaucer; IV, La literatura del siglo XIV, Parte I; V, La literatura del siglo XIV, Parte II (Wycklif y Chaucer); VI, De Chaucer a Caxton (siglo XV); VII, De Caxton a Coverdale (el Humanismo); VIII, De Surrey a Spenser; IX, Spenser y su tiempo; X, Sha­kespeare y su tiempo: bajo Isabel; XI, Shakespeare y su tiempo: bajo Jacobo.

Se encuentra en los volúmenes de Morley una abundante información literaria, como re­súmenes y análisis de obras y comparaciones con literaturas extranjeras: por otra par­te, el autor no poseía por encima de la cultura y la diligencia, una penetración crítica de profundidad. Otro manual útil debido al mismo autor es el First Sketch of English Literature (1873; nueva edición aplazada, 1901), que es la única historia de la literatura inglesa escrita en orden rigu­rosamente cronológico, por años y no por autores; Morley recopiló también una Library of English Literature (Londres, 1882) en cuatro volúmenes. Más que una historia literaria propiamente dicha es una recopi­lación de extractos la Chambers’s Cyclopaedia of English Literature en tres volúme­nes, publicada en Londres en 1903 (prime­ra ed. en dos volúmenes, Edimburgo, 1844); es una de tantas obras de carácter infor­mativo enciclopédico editadas por la Edi­torial W. y R. Chambers de Edimburgo. Bastante más original es una recopilación de juicios críticos publicada por Ch. Wells Moulton en Buffalo, N. Y., entre 1902 y 1905, luego en Nueva York en 1910, en ocho volúmenes: The Library of Literary Criticism of English and American Authors; obra que pudo resultar de suma utilidad si la selección de los textos hubiese sido he­cha con seguro discernimiento; no ocurre siempre así y, aun con dicha reserva, la obra resulta de útil consulta para el perío­do que abraza.

La primera historia literaria importante escrita en inglés, que puede to­lerar la comparación con la obra de Taine, es la History of English Poetry de William John Courthope (1842-1917), publicada por Macmillan, de Londres, en los años 1895- 1910, en seis volúmenes. Profesor de poesía en la Universidad de Oxford, revisor de una famosa edición de Pope, Courthope sólo se ocupa de la literatura en verso; sin embar­go, el fondo político y cultural están pre­sentes de continuo, como resulta del título de las diversas partes: I, La Edad Media; la influencia del Imperio romano; la educación enciclopédica de la Iglesia; el sis­tema feudal; II, El Renacimiento y la Re­forma; influjo de la Corte y de la Univer­sidad; III, El conflicto intelectual del si­glo XVII; influjo decadente de la monarquía feudal; nacimiento del genio nacional; IV, Desarrollo y decadencia del drama en ver­so; influjo de la Corte y del pueblo; V, El compromiso constitucional del siglo XVIII; efectos del renacimiento clásico; su apogeo y decadencia; el primer renacimiento ro­mántico; VI, El movimiento romántico en la poesía inglesa; efectos de la Revolución francesa.

Por muerte del autor la obra se detuvo en los umbrales de la época victoriana. Courthope es un representante del evolucionismo historicofilológico de la úl­tima parte del siglo XIX; para él la literatura es el producto gradual de un pro­ceso colectivo; la continuidad de la tradi­ción está asegurada por relaciones de ín­dole de contenido. De ese modo, la historia de Courthope confina también con la his­toria de la cultura; el criterio para juzgar el éxito de las obras se basa en tres facto­res: el espíritu nacional, la cultura clásica y la cultura cristiana. La obra, pese a sus defectos, contiene valiosos análisis, buenos tratados del idioma y de la métrica y está escrita con estilo elegante. De 1907 a 1914 apareció en la imprenta de la Universidad de Cambridge la monumental Cambridge History of English Literature, a cargo de A. W. Ward y A. R. Waller, en 14 volú­menes de texto (el volumen quince contie­ne el índice general y apareció en 1927; una reedición económica, en quince volú­menes de formato más pequeño, apareció en 1932: esta reedición no contiene las bio­grafías, que se publicaron, en cambio, apar­te, en 1941, en cuatro volúmenes).

El con­tenido de los volúmenes es el siguiente: I, De los inicios a los ciclos caballerescos; II, El final de la Edad Media; III, El Re­nacimiento y la Reforma; IV, Prosa y poe­sía, de sir Thomas North a Michael Drayton; V, El drama hasta 1642, I parte (Sha­kespeare incluido); VI, El drama hasta 1642, II parte; VII, Caballeros y Puritanos; VIII, La época de Dryden; IX, De Steele y Addison a Pope y Swift; X, La época de John­son; XI, El período de la Revolución fran­cesa; XII, El siglo XIX, I (segunda gene­ración romántica); XIII, El siglo XIX, II (poetas y novelistas Victorianos); XIV, El siglo XIX, III (literatura filosófica y cien­tífica y literatura de los Dominios). La historia literaria de. Cambridge está escrita en colaboración por varios especialis­tas y debiera presentar la ventaja de dar sobre cada tema las opiniones y juicios más autorizados. Colaboraron los mejores escri­tores del período, como Adolphus William Ward, autor de la History of English Dramatic Literature to the Death of Queen Anne (Londres, 1875; nueva ed. en 3 vols., 1899); George Saintsbury, de quien ya se ha hablado (a él se deben los artículos sobre Chaucer, Shakespeare y Milton, así como sobre la métrica en diversos perío­dos); el filólogo Henry Bradley, uno de los recopiladores del Gran Diccionario de Ox­ford, para la historia del idioma; Émile Legouis (artículo sobre Wordsworth); W. Creizenach sobre el teatro medieval (Creizenach se ocupó del drama inglés sobre todo en los volúmenes IV y V de su Geschichte des neueren Dramas, Halle, 1891, segunda edición, 1911-1916).

La desventaja de dicho tratado es la de todas las obras escritas en colaboración: falta un punto de vista uni­tario y, al no haber organicidad, no puede hablarse de historia en el pleno sentido de la palabra; la obra es, sin embargo, notable por recoger la contribución de los mejores filólogos ingleses de principios de nuestro siglo. Obra en colaboración es también la Histoire de la littérature anglaise de Émile Legouis y Louis Cazamian (París, 1924); una neta distinción de intereses, de gusto, de estilo, se advierte entre ambas partes, que van respectivamente desde los orígenes al 1660 y desde esta fecha a los tiempos modernos; el juicio estético es el objetivo que nunca pierde de vista Legouis, que marca cada página con su gusto y su doc­trina; en cambio, Cazamian, autor de una obra fundamental sobre el Román social en Angleterre (París, 1903), está llevado por diversos intereses de orden psicológico y sociológico y aunque diga substancialmente lo esencial sobre cada autor, lo dice sin la tersura ni el relieve que se exigen a un manual de este tipo. También es de Legouis una Short History of English Literature pu­blicada en Oxford, en 1934, meritorio com­pendio. Un pequeño volumen de divulga­ción, que se dirige al lector medio, deseoso de conocer lo que puede interesar a un mo­derno, es La littérature anglaise, de Paul Dottin, en la colección Armand Colin (Pa­rís, 1931).

Otras exposiciones más o menos sucintas son: la síntesis, de unas ochenta páginas, del eminente estudioso C. H. Herford, English Literature (Londres, 1927), la Short History of English Literature de G. Saintsbury (Londres, 1913) y la Storia della letteratura inglese de P. Bardi (Bari, 1933). Son historias literarias con ilustraciones la Ilustrated Record of English Literature de Richard Garnett y Edmund Gosse (Londres, 1903-1904) (que contiene también pasajes característicos) y A History of English Li­terature a cargo de John Buchan ayudado por varios (Londres, 1923). Se han produ­cido notables alteraciones en la perspecti­va de la literatura inglesa desde la primera guerra europea hasta nuestros días. La crí­tica académica (el prof. H. J. C. Grierson, de quien recordamos aquí incidentalmente el importante ensayo El trasfondo de la literatura inglesa [The Background of English Literature], en el volumen homónimo, Londres, 1925) y sobre todo el entusiasmo del poeta y crítico T. S. Eliot han reivin­dicado la poesía de John Donne así como la poesía «metafísica» del siglo XVII en ge­neral, revolucionando los moldes de la his­toria literaria inglesa establecidos por el romanticismo; Pope, relegado por la crí­tica romántica a una esfera literaria infe­rior a la del canto, ha sido reivindicado por una crítica todavía más próxima a nosotros. El «inarmónico» Donne ha sonado a los modernos oídos mucho más agradablemente que el «armonicísimo» Milton.

Esta nueva corriente del gusto se advierte más o me­nos en las historias literarias más moder­nas, como la Historia de la literatura ingle­sa desde sus orígenes hasta el presente [ Geschichte der englischen Literatur von den Anfängen bis zur Gegenwart] de Wal­ter F. Schirmer (Halle, 1937), óptima sín­tesis, conducida sobre informaciones de pri­mera mano; la Storia della letteratura in­glese de Mario Praz (Florencia, 1937, ilus­trada), rica en referencias de historia del gusto y de literatura comparada, acompa­ñada de numerosas biografías (un primer esbozo apareció en la Enciclopedia italiana), y la Englische Literaturgeschichte de Paul Meissner (autor de una importante obra sobre los fundamentos espirituales de la literatura barroca: Die geistesgeschichtlichen Grundlagen des englischen Literaturbarocks, Munich, 1934) en varios volúmenes de la colección Göschen (Berlín, 1937-40). Son notables las consideraciones en la «Ho­me University Library»: W. P. Ker, English Literature; Medioeval (Londres, 1912); J. Bailey, Dr. Johnson and his Circle (Lon­dres, 1913); G. K. Chesterton, The Victorian Age in Literature (Londres, 1913), etc.; en fin, hay que recordar los libros escolares Bell’s Handbooks of English Literature, ba­jo la dirección del prof. Hales (por ejemplo, C. H. Herford, The Age of Wordsworth, Lon­dres, 1909), etc.

Son obras fundamentales para los diversos períodos: The Elizabethan Stage de E. K. Chambers (Oxford, 1923), en cuatro volúmenes (obra de crítica historicofilológica, no estética); H. J. C. Grierson, Cross Currents in English Literature of the Seventeenth Century (Londres, 1929); L. Cazamian, l’Evolution psychologique et la littérature en Angleterre (1660-1914) (París, 1920); O. Elton, A Survey of English Literature, 1730-1780 (Londres, 1928); A Survey… 1780-1830 (Londres, 1920, 2.a ed.); A Survey… 1830-1880 (Londres, 1920) (los volúmenes de Elton, por su ponderación, si no por la originalidad del juicio, forman el mejor conjunto para el estudio de la literatura del siglo XIX); E. Cecchi, Storia della letteratura inglese nel secolo XIX (Milán, 1915) (vivo y de tarde en tarde originalísimo ensayo de crítica estética, donde el autor no guarda en secreto sus simpatías y antipatías y conquista al lector con un estilo que por sí solo bastaría para valorizar la obra); los ensayos a cargo de diversos autores publicados por la Cam­bridge University Press en los volúmenes sobre las diversas décadas de la mitad del siglo XIX: The EighteenSixties, 1932; The Eighteen-Seventies, 1929; The Eighteen- Eighties, 1930, etc.; los geniales ensayos de C. S. Lewis, The Allegory of Love (Oxford, 1938) (sobre literatura medieval y Spenser), de E. Wilson, Axel’s Castle. A Study in the Imaginative Literature of 1870-1930 (Lon­dres, 1931).

*   Entre los manuales de historia de la li­teratura inglesa más conocidos en España, citemos: F. A. de Chateaubriand: Ensayo sobre literatura inglesa (trad. de F. Madina Vayán. Madrid, 1871); A. Schroér: Carac­teres y tipos esenciales de la historia de la literatura inglesa (trad. de Carlos Riba. Barcelona, 1925); C. A. Jordana: Resum de literatura anglesa (Barcelona, 1934); H. Taine: Historia de la literatura inglesa (trad. de José de Caso. Buenos Aires, 1945); R. Lalou: Historia de la literatura inglesa (trad. de Zoé Ramírez. Barcelona, 1952).

M. Praz