Un primer ensayo de valoración crítica retrospectiva se encuentra en la Defensa de la poesía (v.) de sir Philip Sidney (1554- 1586), probablemente escrita en 1580 y publicada póstuma en 1595. Provocada por un violento ataque de Stephen Gosson contra el teatro contemporáneo (la «School of Abuse» 1579), la obrita de Sidney, aunque basada en un carácter polémico, de exaltación del poeta en la sociedad, alcanza una discusión crítica del estado de la poesía inglesa en tiempos de Sidney, partiendo de Chaucer; discusión, por supuesto, incidental y fragmentaria, pero que representa, sin embargo, una novedad para su época.
Poco más de un catálogo de autores es el Theatrum Poetarum de Edward Phillips (1630- 1696?), sobrino de Milton: el volumen tiene, sin embargo, importancia, porque se considera que refleja la cultura y las opiniones del mismo Milton. Carácter de repertorio erudito, aunque de proporciones infinitamente más amplias, tiene también la primera historia de la literatura inglesa, la Historia de la poesía inglesa del siglo XI al XVII (v.) de Thomas Warton (1728-1790), publicada en Londres en tres volúmenes en los años 1774-1781. Warton, profesor de poesía en Oxford, nombrado poeta laureado en 1785, es una de las figuras más notables del prerromanticismo, sobre todo por su valoración de la arquitectura gótica contenida en las Observaciones sobre la «Reina de las Hadas» de Spenser (v.), publicada en 1754. Más que trazar una historia propiamente dicha de la poesía inglesa, Warton examina gran cantidad de obras menores que con infatigable erudición entresaca de manuscritos y libros raros, especialmente de los que llama «los períodos más obscuros de la historia de nuestra poesía», pues su finalidad es, sobre todo, mostrar el gradual perfeccionamiento de dicha poesía. La obra empieza en el siglo XI, pero no va más allá de fines del XVI. La mejor edición es la publicada al cuidado de W- Carew Hazlitt, Londres, 1871, en cuatro volúmenes.
De muy distinto nivel crítico, aunque concebida desde un punto de vista unilateral, son Las vidas de los poetas (v.) de Samuel Johnson (1709-1784), editadas en 1770-1781. Los términos de la obra fueron fijados por los libreros ingleses, que en 1777 invitaron al doctor Johnson a preparar una serie de noticias biográficas para una edición de los poetas ingleses que habían proyectado: originariamente la obra tenía que incluir todos los poetas ingleses empezando por Chaucer, pero luego se tomó como punto de partida a Abraham Cowley, considerado como típico representante de la escuela «metafísica», es decir, de la fantasía barroca contra la que reaccionaba Johnson, cuyo punto de vista, inspirado en las reglas clásicas y en el sentido común, sería poco interesante si no lo envolviese todo la personalidad de Johnson, moralista, psicólogo e historiador de costumbres, además de crítico literario. Johnson habla de cincuenta y dos poetas y desecha — indicio característico del gusto de la época — a figuras de primer plano, como Herrick y Marvell, mientras incluye nombres de cuarto o quinto orden; juzga con imparcialidad y sin concesiones al rango, pero desaprueba los atrevimientos y no presiente la nueva sensibilidad romántica que iba madurando con los años: así su juicio sobre Gray y sobre Collins carece de simpatía. En todo caso, da pleno relieve a la vida y al carácter del hombre antes de pasar a discutir los versos, de modo que la obra forma una serie de cuidados retratos que por su solidez y colorido hacen pensar en los retratos pintados por los grandes pintores ingleses de la misma época.
Completamente distinto es el punto de vista de los críticos románticos que, resumiendo los monumentos y poniendo de relieve los méritos de la antigua literatura inglesa, prepararon los fundamentos de la historiografía literaria del XIX. Ya Joseph Addison (1672-1719), en los ensayos 70, 74 y 85 del «Spectator» (v.), dio un curioso anticipo de la transformación del gusto que había de tener lugar en la segunda parte del siglo, con su apreciación de la antigua poesía popular (las baladas de Chevy Chase (v.) y de los Niños en el bosque (v.); en 1765, Thomas Percy había publicado sus «corpus» de antigua poesía popular, Reliquias de antiguas poesías inglesas (v.); en 1775, Thomas Tyrwhitt, con su edición de los Cuentos de Canterbury (v.) de Chaucer (a los que siguieron en 1778 un glosario y un estudio de las obras del poeta), presentó al primer representante de la poesía inglesa bajo su verdadero aspecto, permitiendo disfrutar la armonía de sus versos, cuya clave se había perdido.
Empeño de los grandes críticos románticos Samuel Taylor Coleridge (1772-1834), Charles Lamb (1775-1834) y William Hazlitt (1778-1830) fue el revelar en toda su grandeza la edad isabelina y exaltar la fuerza de Shakespeare; Coleridge, que había aprendido mucho de los críticos alemanes — Lessing, Schlegel y J. P. Richter —, en las conferencias y observaciones que recogió en Lectures and Notes on Shakespeare and Other English Poets (Londres, 1883); Lamb, en los Ejemplos de poetas dramáticos ingleses que vivieron en torno a la época de Shakespeare (v., Londres, 1808), antología de dramaturgos isabelinos comentada con notas críticas y estéticas, notas por lo general bastante breves pero vibrantes de nueva sensibilidad; Hazlitt, en la serie de conferencias y ensayos reunidos bajo el título de Caracteres de las obras de Shakespeare (1817), Personajes sobre poetas ingleses, 1819 (v.), Conferencias sobre la literatura dramática de la época isabelina, 1820 (v.). Éstos crearon los cánones de la crítica romántica en la que había de inspirarse todo el siglo, con su valoración exclusiva de las cualidades fantásticas, su concepción del poeta como un ser sobrehumano más próximo a los fenómenos de la naturaleza que a la raza humana, y su condena como «artificial» de toda la literatura que no se adaptara a dichos cánones.
De la Ilustración del XVIII y del romanticismo se resiente al mismo tiempo la Storia critica della poesía inglese (en italiano) de G. Pecchio (Lugano, Ruggia, 1833-35, 4 volúmenes), recopilación derivada en parte de Warton, y en parte de otras fuentes: comienza con el período anglosajón (es de los primeros en hablar de Beowulf, v., en Italia) y llega hasta el siglo XVIII. La primera historia de la literatura inglesa verdaderamente importante fue escrita por un extranjero: la Histoire de la littérature an- glaise de Hippolyte Taine (1828-1893), cuyos cuatro primeros volúmenes fueron publicados en 1864 y el quinto en 1872 (9.a edición, revisada y aumentada con un índice bibliográfico a cargo de J. J. Jusserand, 1891, 15.a ed., París, Hachette, 1921). Es un clásico de la historiografía del siglo XIX y de la literatura crítica francesa; es también un curioso documento de la concepción positivista, donde el genio y la degeneración confinaban; de modo que los autores están vistos bajo una luz cruda, casi caricaturesca. Tres factores principales dan cuenta de un escritor: el clima, la raza y el momento histórico; factores que Taine ilustra viva y pintorescamente, de modo que sus páginas (es célebre la «Introducción») se leen todavía hoy con gusto como obra de fantasía si no como fuente de seguras informaciones. Más interesado en ver perfectamente encarnadas sus premisas que en el valor efectivo de la obra de arte, Taine da un retrato gigantesco de Byron, en quien cree advertir un producto ideal del clima y de la raza, y relega a segundo o tercer término a Coleridge, a Wordsworth y a Keats.
Desde su aparición, la obra de Taine tuvo que enfrentarse con durísimas críticas: son inapelables las lanzadas contra su método por Sainte-Beuve (Nuevos Lunes, v., tomo VIII), especialmente sobre la teoría de que la obra de arte es la expresión de la edad en que nace. La historia de Taine se divide en las siguientes partes: I, Edad Media y Renacimiento; II, Teatro del Renacimiento: Shakespeare. El Renacimiento cristiano en la Reforma: Milton; III, La Restauración y la Edad Augusta; IV, De Swift al Romanticismo; V, Los grandes Victorianos. En Sainte-Beuve trató precisamente de inspirarse uno de los más eminentes críticos Victorianos, Matthew Arnold (1822-1888), quien en su serie de Ensayos críticos, 1865-1888 (v.), trató de valorar la literatura inglesa desde un punto de vista que superase el insularismo de sus compatriotas: compara continuamente a los grandes poetas ingleses con los grandes poetas del Continente: franceses, italianos y alemanes; sus puntualizaciones sobre Wordsworth y Byron señalan importantes desarrollos en la historia del éxito de dichos poetas en Inglaterra, mientras su juicio sobre Shelley carece de simpatía. Al destacar méritos y defectos, sin embargo, la crítica de Arnold carece de la finura y el olfato de Sainte-Beuve y alguna vez alcanza el nivel de una calificación escolar.
Muy pocos elementos constructivos pueden sacarse de la voluminosa producción crítica de A. C. Swinburne (1837-1909), que versa principalmente sobre Shakespeare y sobre los dramaturgos menores isabelinos; es notable, sin embargo, su ensayo sobre Blake (Londres, 1868), que contribuyó a la revaloración de este olvidado y gran prerromántico. De 1877 a 1893 aparecieron en Berlín y luego en Estrasburgo los tres volúmenes de la Geschichte der englischen Literatur de Bernhard Ten Brink, que sólo llegó a la mitad del XVI (segunda edición, cuidada por A. Brandl, Estrasburgo, 1899): con esta obra y con el otro volumen, Chaucer, Estudios para la historia de su desarrollo y para la cronología de sus obras [Chaucer, Studien zur Geschichte seiner Entwicklung und zur Chronologie seiner Schriften], Münster, 1870), Ten Brink se constituye en uno de los autores fundamentales sobre Chaucer y su época. De 1887 a 1896 apareció una History of English Literature en cuatro volúmenes, cada uno asignado a un literato de clara fama: I, The History of Early English Literature de Augustus Stopford Brooke, 1892; II, A History of Elizabethan Literature de George Saintsbury, 1887; III, A History of 18th Century Literature (1660- 1780) de Edmund Gosse, 1889; IV, A History of 19th Century Literature (1780-1895) de George Saintsbury, 1896; esta obra carece de organicidad metódica y, aunque debida a personas de gusto, puede considerarse superada.
Manuales de consulta útiles en su época fueron la Geschichte der englischen Literatur de Richard Wülker (Leipzig y Viena, 1896, seg. edic., 1906-1907); Grundriss der englischen Literatur de Gustav Körting, Münster, 1887, quinta edición, 1910, con abundante bibliografía; la historia de la literatura anglosajona e inglesa medieval de Alois Brandl para el Grundriss der germanischen Philologie de Hermann Paul, 1893 y 1908. En la tradición de Taine, pero sin los supuestos positivistas, con método histórico más sutil y concreto, está llevada la Histoire littéraire du peuple anglais del diplomático J. J. Jusserand (París, 1894-1904, segunda ed., 1894-1911): como puede deducirse de su título, se da mayor importancia al fondo cultural de las obras de arte: la obra trata de ser una historia de la vida de la nación, estudiada a través de la literatura y de las manifestaciones del pensamiento filosófico, religioso, etc.; se da, como en Taine, pleno relieve a la historia éticopolítica. Un ulterior desarrollo de la misma tendencia puede observarse en los dos volúmenes de B. Sprague Alien, Tides in English Taste (1619-1800), A Background for the Study of Literature (Harvard University Press, 1937), donde francamente se declara el carácter historicocultural de la obra, sin ambigüedades de título (la de Jusserand no es una historia literaria propiamente dicha, conducida con criterio estético).
La obra de Jusserand, incompleta, consta de dos partes: I, De los orígenes hasta el Renacimiento; II, Del Renacimiento hasta la guerra civil; es decir, hasta cerca de la mitad del siglo XVII. Del mismo autor existe un compendio general: Histoire abregée de la littérature anglaise (París, 1896). En 1895 apareció el undécimo y último tomo de la obra de Henry Morley, Escritores ingleses: Tentativa de historia de la literatura inglesa [English Writers: An Attempt towards a History of English Literature]; el primer volumen apareció en Londres en 1887; ya en 1864, Morley había dado un ensayo: Escritores ingleses; los escritores antes de Chaucer: con un bosquejo a modo de introducción de los cuatro períodos de la literatura inglesa [English Writers; The Writers before Chaucer; with an Introductory Sketch of the Four Periods of English Literature]; este trabajo quedó’ incompleto en 1867, en la parte I del vol. II (De Chaucer a Dunbar). También la obra mayor quedó incompleta por la muerte del autor (1894): el contenido de los once volúmenes es el siguiente: I, Desde los inicios a Beowulf; II, De Caedmon a la conquista normanda; III, De la conquista a Chaucer; IV, La literatura del siglo XIV, Parte I; V, La literatura del siglo XIV, Parte II (Wycklif y Chaucer); VI, De Chaucer a Caxton (siglo XV); VII, De Caxton a Coverdale (el Humanismo); VIII, De Surrey a Spenser; IX, Spenser y su tiempo; X, Shakespeare y su tiempo: bajo Isabel; XI, Shakespeare y su tiempo: bajo Jacobo.
Se encuentra en los volúmenes de Morley una abundante información literaria, como resúmenes y análisis de obras y comparaciones con literaturas extranjeras: por otra parte, el autor no poseía por encima de la cultura y la diligencia, una penetración crítica de profundidad. Otro manual útil debido al mismo autor es el First Sketch of English Literature (1873; nueva edición aplazada, 1901), que es la única historia de la literatura inglesa escrita en orden rigurosamente cronológico, por años y no por autores; Morley recopiló también una Library of English Literature (Londres, 1882) en cuatro volúmenes. Más que una historia literaria propiamente dicha es una recopilación de extractos la Chambers’s Cyclopaedia of English Literature en tres volúmenes, publicada en Londres en 1903 (primera ed. en dos volúmenes, Edimburgo, 1844); es una de tantas obras de carácter informativo enciclopédico editadas por la Editorial W. y R. Chambers de Edimburgo. Bastante más original es una recopilación de juicios críticos publicada por Ch. Wells Moulton en Buffalo, N. Y., entre 1902 y 1905, luego en Nueva York en 1910, en ocho volúmenes: The Library of Literary Criticism of English and American Authors; obra que pudo resultar de suma utilidad si la selección de los textos hubiese sido hecha con seguro discernimiento; no ocurre siempre así y, aun con dicha reserva, la obra resulta de útil consulta para el período que abraza.
La primera historia literaria importante escrita en inglés, que puede tolerar la comparación con la obra de Taine, es la History of English Poetry de William John Courthope (1842-1917), publicada por Macmillan, de Londres, en los años 1895- 1910, en seis volúmenes. Profesor de poesía en la Universidad de Oxford, revisor de una famosa edición de Pope, Courthope sólo se ocupa de la literatura en verso; sin embargo, el fondo político y cultural están presentes de continuo, como resulta del título de las diversas partes: I, La Edad Media; la influencia del Imperio romano; la educación enciclopédica de la Iglesia; el sistema feudal; II, El Renacimiento y la Reforma; influjo de la Corte y de la Universidad; III, El conflicto intelectual del siglo XVII; influjo decadente de la monarquía feudal; nacimiento del genio nacional; IV, Desarrollo y decadencia del drama en verso; influjo de la Corte y del pueblo; V, El compromiso constitucional del siglo XVIII; efectos del renacimiento clásico; su apogeo y decadencia; el primer renacimiento romántico; VI, El movimiento romántico en la poesía inglesa; efectos de la Revolución francesa.
Por muerte del autor la obra se detuvo en los umbrales de la época victoriana. Courthope es un representante del evolucionismo historicofilológico de la última parte del siglo XIX; para él la literatura es el producto gradual de un proceso colectivo; la continuidad de la tradición está asegurada por relaciones de índole de contenido. De ese modo, la historia de Courthope confina también con la historia de la cultura; el criterio para juzgar el éxito de las obras se basa en tres factores: el espíritu nacional, la cultura clásica y la cultura cristiana. La obra, pese a sus defectos, contiene valiosos análisis, buenos tratados del idioma y de la métrica y está escrita con estilo elegante. De 1907 a 1914 apareció en la imprenta de la Universidad de Cambridge la monumental Cambridge History of English Literature, a cargo de A. W. Ward y A. R. Waller, en 14 volúmenes de texto (el volumen quince contiene el índice general y apareció en 1927; una reedición económica, en quince volúmenes de formato más pequeño, apareció en 1932: esta reedición no contiene las biografías, que se publicaron, en cambio, aparte, en 1941, en cuatro volúmenes).
El contenido de los volúmenes es el siguiente: I, De los inicios a los ciclos caballerescos; II, El final de la Edad Media; III, El Renacimiento y la Reforma; IV, Prosa y poesía, de sir Thomas North a Michael Drayton; V, El drama hasta 1642, I parte (Shakespeare incluido); VI, El drama hasta 1642, II parte; VII, Caballeros y Puritanos; VIII, La época de Dryden; IX, De Steele y Addison a Pope y Swift; X, La época de Johnson; XI, El período de la Revolución francesa; XII, El siglo XIX, I (segunda generación romántica); XIII, El siglo XIX, II (poetas y novelistas Victorianos); XIV, El siglo XIX, III (literatura filosófica y científica y literatura de los Dominios). La historia literaria de. Cambridge está escrita en colaboración por varios especialistas y debiera presentar la ventaja de dar sobre cada tema las opiniones y juicios más autorizados. Colaboraron los mejores escritores del período, como Adolphus William Ward, autor de la History of English Dramatic Literature to the Death of Queen Anne (Londres, 1875; nueva ed. en 3 vols., 1899); George Saintsbury, de quien ya se ha hablado (a él se deben los artículos sobre Chaucer, Shakespeare y Milton, así como sobre la métrica en diversos períodos); el filólogo Henry Bradley, uno de los recopiladores del Gran Diccionario de Oxford, para la historia del idioma; Émile Legouis (artículo sobre Wordsworth); W. Creizenach sobre el teatro medieval (Creizenach se ocupó del drama inglés sobre todo en los volúmenes IV y V de su Geschichte des neueren Dramas, Halle, 1891, segunda edición, 1911-1916).
La desventaja de dicho tratado es la de todas las obras escritas en colaboración: falta un punto de vista unitario y, al no haber organicidad, no puede hablarse de historia en el pleno sentido de la palabra; la obra es, sin embargo, notable por recoger la contribución de los mejores filólogos ingleses de principios de nuestro siglo. Obra en colaboración es también la Histoire de la littérature anglaise de Émile Legouis y Louis Cazamian (París, 1924); una neta distinción de intereses, de gusto, de estilo, se advierte entre ambas partes, que van respectivamente desde los orígenes al 1660 y desde esta fecha a los tiempos modernos; el juicio estético es el objetivo que nunca pierde de vista Legouis, que marca cada página con su gusto y su doctrina; en cambio, Cazamian, autor de una obra fundamental sobre el Román social en Angleterre (París, 1903), está llevado por diversos intereses de orden psicológico y sociológico y aunque diga substancialmente lo esencial sobre cada autor, lo dice sin la tersura ni el relieve que se exigen a un manual de este tipo. También es de Legouis una Short History of English Literature publicada en Oxford, en 1934, meritorio compendio. Un pequeño volumen de divulgación, que se dirige al lector medio, deseoso de conocer lo que puede interesar a un moderno, es La littérature anglaise, de Paul Dottin, en la colección Armand Colin (París, 1931).
Otras exposiciones más o menos sucintas son: la síntesis, de unas ochenta páginas, del eminente estudioso C. H. Herford, English Literature (Londres, 1927), la Short History of English Literature de G. Saintsbury (Londres, 1913) y la Storia della letteratura inglese de P. Bardi (Bari, 1933). Son historias literarias con ilustraciones la Ilustrated Record of English Literature de Richard Garnett y Edmund Gosse (Londres, 1903-1904) (que contiene también pasajes característicos) y A History of English Literature a cargo de John Buchan ayudado por varios (Londres, 1923). Se han producido notables alteraciones en la perspectiva de la literatura inglesa desde la primera guerra europea hasta nuestros días. La crítica académica (el prof. H. J. C. Grierson, de quien recordamos aquí incidentalmente el importante ensayo El trasfondo de la literatura inglesa [The Background of English Literature], en el volumen homónimo, Londres, 1925) y sobre todo el entusiasmo del poeta y crítico T. S. Eliot han reivindicado la poesía de John Donne así como la poesía «metafísica» del siglo XVII en general, revolucionando los moldes de la historia literaria inglesa establecidos por el romanticismo; Pope, relegado por la crítica romántica a una esfera literaria inferior a la del canto, ha sido reivindicado por una crítica todavía más próxima a nosotros. El «inarmónico» Donne ha sonado a los modernos oídos mucho más agradablemente que el «armonicísimo» Milton.
Esta nueva corriente del gusto se advierte más o menos en las historias literarias más modernas, como la Historia de la literatura inglesa desde sus orígenes hasta el presente [ Geschichte der englischen Literatur von den Anfängen bis zur Gegenwart] de Walter F. Schirmer (Halle, 1937), óptima síntesis, conducida sobre informaciones de primera mano; la Storia della letteratura inglese de Mario Praz (Florencia, 1937, ilustrada), rica en referencias de historia del gusto y de literatura comparada, acompañada de numerosas biografías (un primer esbozo apareció en la Enciclopedia italiana), y la Englische Literaturgeschichte de Paul Meissner (autor de una importante obra sobre los fundamentos espirituales de la literatura barroca: Die geistesgeschichtlichen Grundlagen des englischen Literaturbarocks, Munich, 1934) en varios volúmenes de la colección Göschen (Berlín, 1937-40). Son notables las consideraciones en la «Home University Library»: W. P. Ker, English Literature; Medioeval (Londres, 1912); J. Bailey, Dr. Johnson and his Circle (Londres, 1913); G. K. Chesterton, The Victorian Age in Literature (Londres, 1913), etc.; en fin, hay que recordar los libros escolares Bell’s Handbooks of English Literature, bajo la dirección del prof. Hales (por ejemplo, C. H. Herford, The Age of Wordsworth, Londres, 1909), etc.
Son obras fundamentales para los diversos períodos: The Elizabethan Stage de E. K. Chambers (Oxford, 1923), en cuatro volúmenes (obra de crítica historicofilológica, no estética); H. J. C. Grierson, Cross Currents in English Literature of the Seventeenth Century (Londres, 1929); L. Cazamian, l’Evolution psychologique et la littérature en Angleterre (1660-1914) (París, 1920); O. Elton, A Survey of English Literature, 1730-1780 (Londres, 1928); A Survey… 1780-1830 (Londres, 1920, 2.a ed.); A Survey… 1830-1880 (Londres, 1920) (los volúmenes de Elton, por su ponderación, si no por la originalidad del juicio, forman el mejor conjunto para el estudio de la literatura del siglo XIX); E. Cecchi, Storia della letteratura inglese nel secolo XIX (Milán, 1915) (vivo y de tarde en tarde originalísimo ensayo de crítica estética, donde el autor no guarda en secreto sus simpatías y antipatías y conquista al lector con un estilo que por sí solo bastaría para valorizar la obra); los ensayos a cargo de diversos autores publicados por la Cambridge University Press en los volúmenes sobre las diversas décadas de la mitad del siglo XIX: The Eighteen– Sixties, 1932; The Eighteen-Seventies, 1929; The Eighteen- Eighties, 1930, etc.; los geniales ensayos de C. S. Lewis, The Allegory of Love (Oxford, 1938) (sobre literatura medieval y Spenser), de E. Wilson, Axel’s Castle. A Study in the Imaginative Literature of 1870-1930 (Londres, 1931).
* Entre los manuales de historia de la literatura inglesa más conocidos en España, citemos: F. A. de Chateaubriand: Ensayo sobre literatura inglesa (trad. de F. Madina Vayán. Madrid, 1871); A. Schroér: Caracteres y tipos esenciales de la historia de la literatura inglesa (trad. de Carlos Riba. Barcelona, 1925); C. A. Jordana: Resum de literatura anglesa (Barcelona, 1934); H. Taine: Historia de la literatura inglesa (trad. de José de Caso. Buenos Aires, 1945); R. Lalou: Historia de la literatura inglesa (trad. de Zoé Ramírez. Barcelona, 1952).
M. Praz