[Geschichte der neuern Philosophie]. Obra en once volúmenes de Kuno Fischer (1824-1907), la publicación de la cual fue iniciada por Brockhaus (Leipzig), continuada más tarde por Winter y terminada en 1904.
La obra es de capital importancia; y más que una historia «de la» es un estudio «sobre la» filosofía moderna. En la «Introducción», Fischer, siguiendo la orientación hegeliana, muestra cómo la «historia de la filosofía» es una verdadera ciencia, en cuanto el proceso histórico de la filosofía es el desenvolvimiento de la verdad misma. Después de haber resumido el desenvolvimiento de la filosofía griega, cristiana, medieval, del Renacimiento, del naturalismo italiano, de la Reforma, y después de haber destacado los problemas de la nueva filosofía, Fischer examina separadamente el sistema de Descartes, que él aprecia bien destacado de la corriente escolástica, aunque sigue siendo dualista.
En el segundo volumen, después de haber disertado acerca de la difusión de la doctrina cartesiana y la tentativa de perfeccionar las conclusiones, el autor considera el sistema del ocasionalismo y en especial la filosofía de Spinoza, sobre el que hace resaltar no sólo el espíritu religioso y políticamente liberal, sino también las íntimas contradicciones que harán necesario el paso del racionalismo al criticismo.
El tercer volumen estudia el esfuerzo de Leibniz para reconducir la filosofía a su tendencia universalista y a la vez finalista, que imponía hallar una conciliación de la filosofía y la religión, de la razón y la fe; pero también muestra, a través de los estudios de Wolf y Reimarus, Mendelssohn, Lessing, Herder, Jacob e incluso de Goethe y Schiller, la incapacidad de la filosofía dogmática para resolver los problemas del espíritu que se convertirán en objeto de la especulación idealista.
El cuarto volumen trata de la formación y el fundamento de la filosofía crítica; y después de haber señalado la nueva evidencia gnoseológica y la diferencia entre el punto de vista crítico y el dogmático, resume el pensamiento filosófico antes de la filosofía kantiana para ofrecernos seguidamente una amplia exposición de la vida y obras de Kant.
El quinto volumen compendia la filosofía práctica kantiana (moral, derecho, religión) mediante una extensa crítica con la que Fischer muestra en qué forma las contradicciones kantianas pueden solamente superarse si la filosofía de Kant es entendida idealística- mente, interpretándola como una elevación al mundo moral, en el que el «querer» y la verdadera «cosa en sí» y todo el universo están concebidos como un esfuerzo hacia la libertad del «yo».
El sexto volumen está dedicado a la vida y a la doctrina de Fichte, precediendo un meticuloso examen del pensamiento de Reinhold, Erhard, Schulze y Maimón (escepticismo postkantiano), Becke, Jacobi. El examen de la doctrina fichtiana concluye afirmando que Fichte no consiguió distinguir claramente la naturaleza del espíritu.
El séptimo volumen está consagrado a Schelling, el cual, poniendo en primer término como ente originario el «querer» y, después (en la llamada «filosofía de la identidad»), la «razón», cae en una evidente contradicción, porque el primero es ciego y la segunda consciente, e indica los gérmenes de las sucesivas soluciones: la hegeliana y la schopenhaueriana. A la filosofía de Hegel dedica Fischer dos volúmenes (octavo y noveno), el primero de los cuales trata extensamente de la vida y de los principios fundamentales de la doctrina (fenomenología del espíritu) y el segundo de la filosofía de la naturaleza y del espíritu (subjetivo, objetivo y absoluto), de la filosofía de la historia, de la estética, filosofía de la religión, e historia de la filosofía, indicando finalmente todas las tendencias de izquierda y derecha que influyeron sobre el pensamiento hegeliano y afirmando que Hegel no debe ser conceptuado como el «filósofo de la restauración», sino como el «restaurador de la filosofía».
El décimo volumen está dedicado a la vida y al estudio de las obras de Schopenhauer, cuya doctrina es sometida a una minuciosa crítica que, sin embargo, no se muestra serena porque se halla abiertamente influenciada por la tendencia hegeliana del autor, el cual llega a la conclusión de que el sistema de Schopenhauer, mientras pretende sostener un rígido fatalismo, persigue después una felicidad final que hace aparecer todo el curso universal como producto de la providencia y como eterno «orden de salvación» («Heilsordnung»); y con esta conclusión es condenado todo el sistema schopenhaueriano puesto que las raíces de esta providencia se hallan precisamente «en el ser metafísico de la cosa en sí».
El undécimo volumen está dedicado a Francisco Bacon y trata también del empirismo inglés, es decir, de Hobbes, Locke, Berkeley, Hume: el último capítulo trata del iluminismo anglo francés con una conclusión que pone en relación la filosofía de la experiencia con la idealista alemana. Este volumen es el menos original y, en su mayor parte, mantiene un carácter puramente historicoexpositivo.
A. Poggi