Novela catalana de fondo histórico, conservada en un códice del siglo XV, de la Biblioteca Nacional de París, que anteriormente había pertenecido a la Biblioteca Colombina de Sevilla. Fue publicada por Foulché-Delbosc, en 1906, y tres años más tarde fue incluida en el volumen III del Novellari catala, de Ramón Miquel i Planas. Según parecer de N. Jorga (Contributions catalanes á l’histoire byzantine: I. Uhistoire romantique de Yakoub-tchélébi, París, 1927) en toda la obra se muestra el autor conocedor del Oriente musulmán, como puede verse en los -nombres geográficos y en los personajes. A juzgar por el íncipit, el objeto de esta historia sería explicar cómo Bayaceto (Beseyt-bey, en la novela) alcanzó el trono de los turcos por el doble asesinato de su padre y su hermano. Sin embargo, casi todo el relato está ocupado por las incidencias románticas que precedieron a este suceso: amores incestuosos de la esposa del Amurat sultán de Turquía (el Murat I histórico) con el heredero del trono, Jacob Xalabín; la orden de muerte contra éste, dada por su padre; la huida de Jacob con su fiel amigo Alí Baixá; los amores de ambos y el retorno a la corte del Amurat, con sus respectivas amadas.
Estos amores, seguidos de rapto, que hubieran podido tener un final sangriento, lo tuvieron feliz. Entretanto, había muerto la esposa del Amurat, causante de todos los males. Cuando parecía que todos habían de vivir felices, los cristianos invadieron la tierra del Amurat. Éste salió a su encuentro, con su heredero Jacob Xalabín, su hijo bastardo Beseyt-bey y con Alí Baixá. Herido mortalmente el Amurat, es rematado por Beseyt-bey, quien mata también a su hermano y se apodera del trono. Refiriéndose a esta obra se pregunta J. Rubio (Hist. Gen. Lit. Hisp., III, 854), cómo pudo llegar a Cataluña una historia tan desligada de su ambiente literario. «Diríase — dice — que no es sino la versión de segunda mano de un texto oriental más o menos indirectamente importado» y «tiene interés como primer indicio del intercambio de los temas orientales que, en otra forma, y principalmente como historias de cautivos, tuvo tanta boga en España y no deja de aparecer en la novela catalana». Al final de la Historia de Jacob Xalabín, Beseyt-bey reina sobre los turcos, lo cual sólo pudo ser cierto antes de 1402, en que aquél cayó prisionero en manos de Tamerlán.
P. Bohigas