[Guy Mannering). Novela de Walter Scott (1771-1832), publicada en 1815.La narración tiene lugar en el siglo XVIII, y, como El Anticuario (v.), no describe personajes reales, sino que qúiere crear una atmósfera histórica, y tiene por argumento las vicisitudes del joven Enrique (Harry) Bertram, hijo del señor de Ellan- gowan en el condado de Dumfries.
Enrique es raptado siendo muy niño por unos contrabandistas y conducido a Holanda, a causa de las maquinaciones de un abogado sin escrúpulos, Glossin, que piensa hacerse con las tierras de Ellangowan a bajo precio, gracias a la falta de heredero. Bertram, que nada sabe de su origen, emigra a la India con el nombre de Brown, y allí pelea con honor bajo el mando del coronel Guy Mannering (v.), pero éste, al sospechar que hace la corte a su mujer, le hiere en duelo y lo dan por muerto. Pero no es de su mujer, sino de su hija Julie de quien está enamorado Enrique. Una vez curado de su herida, sigue a su amada a Inglaterra, donde es reconocido en los alrededores de Ellangowan por la vieja gitana Meg Merrilies. Glossin, que entretanto se ha hecho con la finca de Ellangowan, teme verse en la ruina a causa del regreso de Bertram y por el peligro de que éste llegue a enterarse de su origen. Por otro lado, la gitana, muy fiel a la familia de Ellangowan, hace todo lo posible para dar a conocer la existencia del heredero. Glossin no encuentra otra solución que la de organizar un complot con Dirk Hatteraick, el jefe de los contrabandistas que anteriormente habían raptado al niño y que ahora tendrá que hacer desaparecer de nuevo a Bertram. Para descubrir el complot ofrece su ayuda, junto a la gitana, un fiel amigo de Bertram, el vigoroso campesino Dandie Din- mont (v.).
Hatteraick y Glossin son encarcelados, y el primero, después de matar en la cárcel al propio abogado, en el que ahora ve el artífice de todas sus desgracias, se quita la vida. Bertram es reconocido legítimo propietario de Ellangowan, obtiene de nuevo el favor de Mannering y se casa con Julie. Entre los personajes menores cómicos, sobresalen un tipo de ingenuo erudito, preceptor del pequeño Enrique, Do- minie Sampson, y el consejero Pleydell, que obstinadamente alardea de modales propios de una generación anterior. La trama de esta novela rebosa de elementos convencionales tan característicos de Scott (rapto en la infancia del protagonista, el reconocimiento, el hombre fuerte y simpático, el pintoresco vagabundo, el estafador continental, el erudito, etc.); la trama, de importancia secundaria, sirve de enlace entre unos episodios realistas y dramáticos, como la caza del zorro y la pesca del salmón en Charlie’s Hope, el modo con que Meg Merrilies consigue salvar a Bertram de sus perseguidores, el asalto de la cárcel por los contrabandistas, o el final y melodramático reconocimiento. [Trad. de Eugenio de Ochoa (Madrid, 1838, y París, 1840) y de Pedro Alonso O’Crowley (Cádiz, 1843, y Barcelona, 1858)].
M. Praz
Sus personajes siguen adelante a duras penas con una gramaticalmente incorrecta y poco dramática retahila de palabras. A menudo es capaz de imponernos una floja e inarticulada perorata; le seduce la evocación romántica, pero tiene poca paciencia para detenerse en ella. Es un gran soñador, pero no se puede decir que un gran artista: en el sentido profundo de la palabra no es un artista. (Stevenson)