Guíparis. Anónimo

Drama pastoril en cinco actos y dos prólogos, de autor anó­nimo, escrito en el dialecto neogriego de la isla de Creta, entre el siglo XVI y el si­glo XVII, en 2.650 versos con rima pareada.

Dos jóvenes pastores del Ida, Guíparis y Alexis, aman a dos bellas pastoras, Panoria («toda hermosa») y Athusa (es decir, Anthusa, «la floreciente»). Pero su amor es rechazado por las jóvenes, las cuales, decididas a permanecer vírgenes, se dedican en el monte Ida a la caza de animales sal­vajes. En vano el padre de Panoria, Iannuli y la vieja Frosine exhortan a las jóvenes a mostrarse más propicias a los dos aman­tes. Las plegarias y las 1 i ?rimas de los pastores enamorados, en vez de volverlas más benévolas, las irritan siempre más, hasta tal punto que los infelices piensan en el suicidio. Por consejo de la juiciosa Fro­sine, los dos pastores se dirigen a la gruta de la Nereida, que anima a los enamorados anunciándoles que su pasión tendrá un fe­liz desenlace. Luego Frosine los conduce al templo de Afrodita, sobre el Ida, donde el viejo sacerdote, conmovido por las preces y el dolor de los jóvenes, invoca a la diosa, la cual se presenta con su hijo, Amor, y les asegura que disparará en seguida flechas a las dos jóvenes de duro corazón e ins­pirará en ellas tal pasión, que por propia voluntad correrán en busca de sus aman­tes. Y el caso es que los jóvenes, poco des­pués de haber abandonado el templo, al cual prometen dones y culto, se encuentran con las dos jóvenes heridas por fin por Amor.

El drama alcanza así un final feliz y termina con las bodas de las dos parejas en medio de una gran fiesta y afluencia de pastores y pastoras. Guíparis, por el len­guaje, la versificación y la simplicidad de la trama es considerado como uno de los productos más representativos de la poesía cretense: los caracteres de los personajes están bien dibujados, y los sentimientos tie­nen una gran naturalidad, aparte de ciertas exageraciones en la pasión romántica de los dos pastores. El drama pastoril posiblemente fue representado, como se desprende del prólogo del dios Sol, en los teatros de las ciudades de Creta durante la última época del-dominio veneciano sobre la isla, y per­maneció inédito, conservado junto con otros dramas cretenses, en el llamado manuscrito Naniano, códice de la Marciana, del cual lo sacó y publicó Sathas (en el volumen Teatro Cretense, Venecia, 1879, pp. 131-182).

B. Lavagnini