[The Intelligent Womarís Guide to Socialism]. Obra de Bernard Shaw (1856-1950), publicada en 1928. Es lo que se podría llamar, como dijo un crítico francés, el testamento social de Shaw. Según el autor, el socialismo es una opinión sobre la manera de compartir las riquezas. La riqueza ha de ser dividida y consumida en el acto, al igual que la comida. La división debe ser establecida en proporción con la renta de cada uno, es decir, con lo que cada uno produce trabajando; el trabajo es una obligación natural para el hombre. La igualdad de las rentas es el único medio para permitir al individuo que afirme su propio valor y su mérito; cada uno de nosotros tiene especialmente un deber para con la personalidad, que debe rebelarse contra la hipocresía mundana social y religiosa. La Fuerza Vital que hay en el hombre podrá crear el milagro: la libertad del individuo y de la colectividad. El autor, en su voluminosa obra, plantea en particular los más graves y urgentes problemas económicos modernos. Pasa revista a los sistemas de división empleados en la sociedad; discute sobre todos ellos dando ejemplos históricos y considerando sus ventajas y sus desventajas.
Al final se detiene en el socialismo y estudia sus problemas. Habla de los efectos de la división de la riqueza en la industria, en las personas, en la población, en la justicia de los individuos y de la colectividad, en la Iglesia, en la escuela, en la prensa. Examina los motivos de la pasividad humana ante los males de la humanidad, que se reducen a intereses de los individuos. Sigue un amplio estudio del capitalismo y de los fenómenos que de él se derivan, con un cuidadoso examen de sus defectos, los más importantes de los cuales que señala son: el acaparamiento para el bien individual contra el interés colectivo y la división de la sociedad en dos clases: una que trabaja y otra que no trabaja. Interesante es el estudio de la mujer en la sociedad. También trata muchos otros problemas de interés inmediato como el de la especulación, la nacionalización de los bancos, etc. Más atentamente considera el socialismo en sus relaciones con el derecho privado. Al autor no le escapa la dificultad de aplicar su programa constructivo del socialismo, que se deriva especialmente de la mala voluntad de los individuos, atados por sus intereses, y por la dificultad del gobierno para controlar la renta de cada cual. Las discusiones de doctrinas, las alusiones, las citas, la exposición amplia y segura, su decisión al formular juicios que tienen siempre un fondo de variedad, a pesar de ciertas actitudes paradójicas, muestran la amplitud de las concepciones del autor, la abundancia de ideas, y especialmente la rica personalidad de Shaw, que ha hecho de su teatro una de las obras más significativas del mundo moderno.
F. Foresio