[Gesta Friderici imperatoris]. Redactadas por Otón de Frisinga (1114-1158) por encargo del emperador Federico I, con la ayuda de las auténticas anotaciones de los notarios imperiales, narran las empresas de Barbarroja desde 1152 hasta septiembre de 1156. Otón compuso en dos años (1156-1158) los dos libros de esta obra, el primero de los cuales narra las gestas del abuelo, del padre y del tío del emperador, y el segundo la vida de Federico desde el día de su ascensión al trono. Su intención, como se deduce del final del segundo libro, era continuarlo, pero la muerte se lo impidió. En otros dos libros, el capellán Ragevino continuó la narración hasta el 1160. Las Gestas, al contrario de la Crónica (v.), lúgubre representación de la vida humana, se resienten de la intención de narrar una «iucunda historia» y celebran los hechos de la vida del emperador Federico, por el cual Otón siente una admiración tal que a veces parece un panegirista más que un historiador.
Por su estrecha relación con el ambiente imperial, por haber sido testigo ocular de muchos hechos, por la información directa de las noticias relatadas, Otón es una fuente histórica de notable importancia, disminuye algo el valor de la obra el hecho de incluir discursos con la intención de vivificar la narración. En las Gestas, que no tratan solamente del imperio germánico, sino también de todo lo que era digno de conocerse sobre las gentes extranjeras, se notan algunos «excursus» demasiado alargados de carácter filosófico y teológico, aunque naturales dado el género de erudición del autor, que, respecto a las fuentes, utiliza solamente a Platón, Aristóteles, Cicerón y para lo restante recurre a la Crónica. En el libro III y en la parte del IV que llega hasta la muerte de Otón, el continuador Ragevino se limitó a valerse de las anotaciones de su gran predecesor. Publicados en los Monumenta Germaniae Histórica SS, XX.
A. Cutolo