Gestas de Roberto el Guiscardo, Guillermo de Puglia

[Gesta Roberti Wiscardi]. Poema épico de tema histórico en hexámetros latinos (en 5 libros o cantos), compuesto por Guillermo de Puglia, llamado así probablemente por su lugar de origen (siglo XII-XIII). Des­pués de la muerte (1085) de Roberto llama­do Guiscardo, o sea el Astuto, sus famosas gestas y conquistas fueron celebradas, por orden del papa Urbano II, en este poema, el cual habiéndose perdido, fué encontrado muchos siglos después, e impreso en Hannover en 1851. Las hazañas del héroe son cantadas en un estilo lleno de empaque, desde su salida de la Normandía ‘natal (1045) para reunirse con sus hermanos en Italia meridional, hasta sus primeras con­quistas. Llega a ser duque de Apulia, so­mete la Calabria, arroja a los sarracenos de Sicilia y reúne bajo su mando, en un vasto dominio, todo el sur de la penín­sula. La necesidad de extender y robuste­cer su Estado le obliga a atacar los terri­torios de la Iglesia, pero hace la paz obte­niendo la reconciliación con el pontífice, al cual se ofrece como vasallo.

Seguidamente (según canta el poema, pues la verdad his­tórica muestra en este asunto la visión po­lítica del conquistador, cuyas tropas sa­quearon en aquella ocasión la Ciudad Eter­na), liberta a Gregorio VII sitiado en el Castillo de Sant’Angelo, combatiendo con­tra el emperador Enrique IV. Luego entra en guerra con los bizantinos, ocupa el Epiro con un gran ejército y, después de de­rrotar al emperador Comneno, llega casi a Constantinopla. Vuelve a Italia dejando el ejército en el Imperio de Oriente, al tener noticia de que el soberano alemán se pre­para para sitiar el Estado de la Iglesia; derrotado Enrique IV con un nuevo ejér­cito, reanuda el sitio de Constantinopla. A su hijo Roger le corresponde llevar los restos mortales de su padre a Italia y de­volver el ejército a su Patria. La obra está escrita en un latín claro y por muchos con­ceptos elegante; la misma idealización de la figura del conquistador no carece de eficacia. En conjunto es un ejemplo de la ri­queza de expresión a que podía aspirarse dentro de la tradición retórica del género del cual forma parte.

C. Cordié