Geografía, Eratóstenes de Cirene

Obra del autor griego Eratóstenes de Cirene (275-194 a. de C.), en tres volúmenes. De ella, como de las demás obras de Eratós­tenes, no quedan más que los fragmentos recogidos por H. Berger (Leipzig, 1901) en Eratostenis fragmenta geográfica. En su tra­tado, que comienza con una historia de los conocimientos geográficos de su tiempo, Eratóstenes, sometiendo a nuevo examen la tan discutida cuestión sobre la forma y di­mensiones de la tierra, se propone demos­trar la redondez del globo terráqueo. Des­pués de haber examinado las noticias pro­porcionadas por grandes navegantes como Anión, Piteas, Patroclo y Nearco, basándose en la medida de la circunferencia terrestre por él calculada en 252.000 estadios, Eratós­tenes demuestra que entre los puntos ex­tremos a que los navegantes habían llegado por Occidente y Oriente, había un inter­valo inmenso, al cual, como Aristóteles, dió el nombre de Océano Atlántico. Sólo que, calculada la extensión del paralelo de las columnas de Hércules (Rodas) en 220.000 estadios y, atribuyendo a la tierra habitada 78.000 estadios, no parecía posible que en­tre la China y las Islas Afortunadas media­sen más de 142.000 estadios de Océano sin tierras.

Ya los pitagóricos habían invocado la ley de la simetría, y el gran geógrafo en su obra propone la idea de la existencia de un continente en las antípodas, idea que más tarde volverá a ser tratada por Estrabón y que ejerció un profundo hechizo so­bre la mentalidad medieval hasta la época de los grandes viajes de circunnavegación. En esta obra tenemos también una genial intuición de las investigaciones de la moderna geofísica; los llamados «ciclos del gran invierno y del gran verano», pueden ser parangonados con el invierno glacial del período peruviano carbonífero, y con la épo­ca en que en las frías regiones de la Siberia y de las tierras polares el mamut era un ejemplar de una especie hoy desaparecida. Una de las importantes conclusiones conte­nidas en la obra, criticada y discutida en la antigüedad, pero que había quedado mu­cho tiempo en uso, y era considerada como documento de la ciencia geográfica griega, se refiere a la medida de la extensión de las tierras habitadas; medida que, al co­mienzo de la época moderna, puede considerarse como factor determinante del pe­ríodo de las grandes circunnavegaciones.

A. Uccelli