Filópatris, Luciano

Lleva este tí­tulo un diálogo de evidente imitación de Luciano, y que nos ha llegado precisamente junto con las demás obras del samosatense, pero que pertenece, sin duda alguna, a una época más tardía. Los personajes son Triefón y Cricias, actores principales del diá­logo; hacia el final interviene Cleolao. El desarrollo de la acción es imaginado en los primeros tiempos del Cristianismo. La pri­mera parte contiene una discusión de los dos personajes, bastante ingeniosa aunque prolija, acerca del paganismo y de la nueva doctrina. Triefón, un neófito en realidad no muy entusiasta, después de haber inten­tado degradar a los ojos de Cricias a los antiguos por falsos y embusteros, anuncia que un Galileo (¿Pablo?) le ha convertido a la doctrina del Dios uno y trino. A los argumentos de Triefón, Cricias responde con pullas en defensa del paganismo. Toda la discusión tiene de este modo el aspecto de una escaramuza sofístico literaria, y no se llega a ninguna clara conclusión.

La se­gunda parte, que está ligada a la primera por hilos algo tenues, contiene un largo discurso de Cricias, en el que se hallan claras alusiones a una situación política que debía de ser actual para el desconocido autor del diálogo: se alude a un sordo fer­mento, determinado por el descontento ha­cia el régimen, y se manifiesta la esperan­za en la caída del emperador. El diálo­go se cierra con el deseo expresado por Triefón de que sus hijos puedan ver Ba­bilonia destruida, Egipto sometido, los per­sas esclavos, y terminadas las incursiones de los escitas. La cronología del diálogo es discutida; la alusión a una matanza de muchachas, efectuada en la isla de Creta por Nicéforo Focas (Capítulo 9), y el cua­dro general de las condiciones políticas in­ternas y externas, han inducido a Krumbacher a situar su fecha de redacción hacia 969. Permanecen todavía oscuras las finali­dades perseguidas por el autor. Muy proba­blemente este diálogo no es más que un sencillo ejercicio retórico sin ningún con­tenido práctico.

S. Impellizzeri